No he dejado de ver este video de you tube desde que me dijeron de él. No he dejado de pensar en esta mujer británica, que nunca había sido besada, que entró a este programa de talento musical para ajustar cuentas con su madre, que ya había muerto, quien le había dicho que no haría nada bueno de su vida. Y así, sencilla, con ese espantoso vestido de flores, con un pelo entre chino, quemado y caído, con un rostro que nunca alcanzaría ninguna portada de revista; pero con algo que verdaderamente da buena estrella y que tendemos a ningunear para dar paso a compadrismos, mafias, mercadotecnia y sobre todo, el cinismo; es decir el verdadero talento.
Con ustedes, Susan Boyle; sin duda, una historia que, si uno abre brevemente el corazón, termina por conquistarlo esta simpatía y esta increíble voz, acaso más increíble por inesperada: