Esta semana estuve en Tampico, en la primera Feria Universitaria del Libro que organiza la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Fue un gran evento para ser el primero de tu tipo. Cada feria guarda también la imaginación de quien la organiza: la manera de recibir a los visitantes, el orden de los expositores, los espacios de recorrido, todas las pequeñas cosas que hacen que alguien sepa que hay un propósito y un cuidado. En la FUL en particular, encontré un techo adornado con libros que colgaban, un pasillo con imágenes de cuadros que reproducían proyectores y permitían el pase del área de oferta para adultos, por decirlo de alguna manera, al área infantil y de novela gráfica. El espacio de novela gráfica, si bien estaba algo desorganizada y no tenían el soporte de stands de otras áreas, era muy atractivo, con diversos espacios para que los lectores jóvenes pudieran interactuar con pantallas y otros chicos. El programa además, hacía énfasis: días de cosplay, de novelas gráficas, de ánime, etcétera. El área infantil, si bien era pequeña, tenía buenas editoriales, no solo las del FCE, sino también andaba por ahí Tecolote. Otra sorpresa fue, en el área de expositores de adultos, encontrarme con el stand de Jus, además de los usuales: Planeta, Random House. Era evidente que era la primera feria, ya que había demasiadas personas, supongo que en el futuro podrán generarla con menos personas detrás de los eventos. Había espacio para entrevistar a los autores y se veía que los medios de la ciudad hicieron su chamba: me refiero a que sí entrevistaban a los autores invitados. En fin, que mucha hospitalidad, muy buena vibra. Espero que la feria dure muchos años y se convierta en algo sensacional para esa comunidad de Tampiqueños.
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