miércoles, febrero 28, 2007

El canal de la Mancha

Abro mi correo electrónico y tengo un sugerente mensaje de Esmas.com, con el título, aún más sugerente de: "Antonio, tú puedes conocer la transformación de Lety, la fea más bella." Y sí, le hago clic en el mensaje pero a punto de dar un nuevo clic, pienso, ¿qué demonios me importa La fea más bella? Y pienso mejor en cosas más cálidas, más importantes, estimo, al menos importantes para 132 niños mexicanos nacidos con la enfermedad conocida como labio y paladar hendido.
La enfermedad consiste en la nula formación del paladar en el bebé y esto puede causar multiples dificultades, desde físicas hasta sociales en el niño: Las primeras tres semanas son las más díficiles, ya que el bebé está imposibilitado para amamantar y esto concluye en anemias y otras enfermedades de nutrición. No sólo eso. El rechazo a niños con esta enfermedad es una herida incuantificable. Pero... esperen.. esto es una noticia verdaderamente fea, peor que la transformación de una actriz. ¿Qué de bueno hay en esto?
Lo bueno es que, en vistas de esta problemática, un grupo de seis nadadores mexicanos realizarán, el próximo de agosto, un intento de cruce cuádruple al canal de la mancha. Cada kilómetros recorrido significará una operación gratis para niños con labio y paladar hendido. Omar, Mayalen, Mariel, Jorge, Luis y Alejandro son los nombres de estos seis nadadores, la mayoría antiguos campeones panamericanos, y quienes darán este gran cruce cuádruple en un canal famoso por la baja temperatura de sus aguas, famoso por la fuerte corriente y que, también, ya ha cobrado varias vidas que han intentado llegar a Dover, partiendo de Calais.
para eso, han tenido que entrenarse desde hace casi 43 semanas. Nadarán no sólo de día, sin también de noche. Y los imagino a los cinco en esa pequeña lancha, azotados por las olas, mientras ven a uno de sus amigos nadando a contracorriente, partiendo en dos el agua y cómo el surco que su cuerpo deja, al cerrarse, es también el cierre de un niño más, de otro niño más, de otro niño más que finalmente podrá sonreír. Ojalá esmás.com me envíe después imágenes de ese cruce al canal de la Mancha. Pero dudo mucho que le interese.

lunes, febrero 26, 2007

La fea más bella

Viene hoy en el diario El universal los puntos de raiting que obtuvo La fea más bella contra el la entrega de los premios Oscar. El desequilibrio es impresionante, casi de treinta puntos a favor para la novela de televisa, estelarizada por Angélica Vale. Llama la atención, no sólo la medición, sino también el inusual apoyo de la sociedad regiomotana para una novela con personajes netamente y parte del estereotipo de la capital, capital muchas veces tan denostada en otras partes de la repúblico.
La fea le ganó al glamour. La fea le ganó al discurso, aparentemente inteligente, de los Oscar, del bello guión de El laberinto del fauno, del agresivo guión de Babel, del desesperanzador guión de Los niños del hombre. Una vez más Televisa se ganó el premio: nos tienen en su poder.
Tan sólo esa noche, después de un día de diversión baladí, Televisa dio otra muestra de su poder, de lo enajenante de sus programas al pasar, como lo hacen todos los domingos, el programa de la Escuelita VIP. Programa más tedioso, plagado de ruido, de chistes escuchados una y mil veces, de "artístas" que representan un papel no vulgar en el sentido de la palabra, sino "vulgar" en la representación artística. Ver a la Tetanic, a la ex-secretaria de Brozo o a Galilea Montijo en espectaculares minifaldas es síntoma de que algo malo está pasando. El nivel de un pueblo se mide también por los centímetros de bastilla que alaban.
México perdió anoche ante la fea más bella.
Nosotros hemos perdido demasiado frente a una televisión basura, pero al final de cuenta, la televisión que queremos.

Los abanicos

Años de comer en la calle en el Distrito Federal hacen a cualquier, un experto en la degustación de tacos y similares. Los peores, son, sin duda, todos aquellos que oscilan entre los cinco tacos por cinco pesos o los cinco tacos por diez pesos. Siempre que se presenta una discusión relativa a cuáles son los mejores tacos en el D.F., cada comensal habla según el recuerdo de su paladar. "El venadito" por Universidad y Miguel Angel de Quevedo, "los marranos" en Revolución y "El paisa", etcétera, salen a relucir en la glotona charla.
Para mí, unos tacos que no tienen comparación son los de "Los abanicos", ubicado en la colonia Tránsito, muy cerca del metro San Antonio Abad. "Los abanicos" están ubicado en una esquina y venden tacos de carnitas y los infaltables de bistek y longaniza. El volumen de venta es tal, que en una casa contigua doran la carne y tienen las congeladoras para refrescos y postres. La carne es jugosa. Los mejores tacos son los de costilla, aunque el resto no tiene menosprecio algunos. Casi puedes ruñir la carne y el sebito que se queda pegado al hueso. Guacamole, cebollitas, papas con rajas y cerveza de diversas marcas son el resto de la carta de esta singular taquería.
Lo mejor es el precio. Una comida para dos personas no sobrepasa los 70 pesos, ya que los tacos son bien servidos. Los abanicos es uno de esos sitios que con seguridad extrañaré cuando me vaya del D.F.

jueves, febrero 22, 2007

El juguete rabioso

Pocas veces se encuentra uno como persona, ante los grandes escritores, acaso ante los bondadosos escritores, aquellos que miran la literatura desde la vitrina de la juguetería y no desde la vitrina de la botica. Marco Antonio de la Parra vino a la Fundación y dejó con su sonrisa y la mirada bonachona, algo que él mismo dijo al terminar la charla: "después de esta plática, me dieron ganas de escribir." ¡Qué regalo cuando alguien te conmina a la escritura." Poco serio, pero con una intuación de vida o muerte para escribir, el dramaturgo chileno nos dijo: "No creo en los dogmáticos. En una obra mía, una persona dice: "Cuando me encuentro a un ecologista, me dan ganas de matar a focas blancas."
La charla discurre entre los recuerdos de infancia del dramaturgo, su gusto por las mujeres, su gusto por el futbol. "Lamento decir que soy heterosexual", dice entre bromas y más adelante. "Y tampoco he consumido drogas." Y aún más adelante, agrega: "y no fumo y no bebo demasiado. ¿Dios, qué cosa soy?." De una sola frase concluye y abre pasiones: "Hay en todo el que escribe esa tristeza cuando termina algo, la tristeza que da saber que no se escribió lo que uno quería, sino una aproximación." Eso recuerda, lejana y cercanamente, una frase de Pessoa: "Cuántas veces he sido, en la ensoñación, Verlaine, Rimbaud, pero al ponerme frente a la máquina todo ha desaparecido."
¿A qué género se parece más la dramaturgia?, le preguntan. No duda en decir: "a la poesía. O a la danza. Los narradores sí la tienen difícil." Y luego compara y llega a una sabia conclusión: porque con los dramaturgos vemos al público, lo olemos, el poeta se recita, pero los narradores, pobre, se la pasan encerrados en su casa esperando a ver si les llaman para avisarles que se ganaron el Rómulo Gallegos. Los narradores viven ignorantes de sí mismos." Y pasa el resto de la charla comparando una cosa con la otra, habla de Mélope, de Sabad, de Esquilo, compara a Borges con Maradona, nos cuenta de una excelente novela de Petronov, una novela anti comunista, escrita durante el régimen de Stalin. Cuando Stalin la leyó, dice De la Parra, escribió a una orilla una sola palabra: "canalla."
"Soy un gran lector de temas religiosos," afirma antes de decir otra sentencia, para rematar lo que experimentó cuando estrenaron una obra suya en "la colina", el gran escenario francés. "Tanto tiempo para alcanzar el éxito y una vez que ocurre, me quedé con cara de: ¿es esto? Y entonces, recordé esa frase del evangelio de San Felipe: "Para resucitar, hay que aprender a bien morir."
Todo fue una charla de más de dos horas y media pero el tiempo en realidad, fue breve. Al final no puedo olvidar esa tristeza de la que habla De la Parra, de que no logras nunca, en realidad, transmitir lo que querías hacer. Me sucede lo mismo con esta crónica, escrita un poco con tristeza porque es imposible transmitir en realidad, a detalle, la gran alegría de ver a un escritor como estos, que mira la palabra como un juguete (un juguete rabioso, a la usanza de Arlt), pero juguete al fin y al cabo que toma de la vitrina y sale a jugar con é sin importar que escrito, en las instrucciones diga: "frágil, no agitar." Y allá se va el juego rebotando, como todas las palabras.

Sincera invitación

En el marco de la Fería del libro del Palacio de Minería, y dentro del ciclo de Jóvenes escritores en la FIl, se presenta este viernes 23 de febrero, una semblanza sobre mis tres libros (lamentablemente ya son tres, o estimado lector) y una breve charla de, según yo, a dónde voy. Cosa que me parece harto complicada. Será bueno verlos por ahí. Me acompaña en la charla el poeta de Monclova, Luis Jorge Boone. La cita es a las 6:00 p.m. en el auditorio No. Tres de la Fería del Palacio de Minería.

miércoles, febrero 21, 2007

El café de chinos

Una de las múltilples cualidades de la ciudad de México es su gastronomía. Si bien al viajero inexperto le puede sorprender lo exótico de sus guisos y la variedad de la oferta de sus puestos de tacos, no deja también de ser un aliciente al estómago la confusión de olores de carne asada, guisados o chorizo. Pero, esta primera intromisión, violenta la mayor parte de las veces, pronto se diluye en el encuentro de otro tipo de establecimientos. La ciudad tiene para todos los gustos, necesidades y afectos gastronómicos.
Uno de esos lugares cálidos y familiares para comer son los cafés de chinos. Parece haber una regla universal al respecto: no hay café de chinos donde no se coma bien. Parte de esa mística tiene que ver con la dualidad entre restaurante y panadería que hay en todos ellos, el barra escuálida donde es posible encontrar desde burócratas que desayunan antes de la jornada laboral hasta novios que encaramelan aún más el café frente a ellos.
La especialidad, claro, es el café. Frente al café de los chinos, cualquier otro palidece, y más el de las grandes cadenas restauranteras como Vips, Sanbors, o El Portón. Frente a la calidez que emana de un café bien preparado y servido siempre con leche no hay nada. La carta tambiés es vasta y tiene un tinte de internacional cuando ves que puedes pedir desde unos chilaquiles con salsa roja hasta un shop suey. Pero si hay algo que rivaliza con el café, por supuesto, es el pan. Esponjoso, tibio. El pan de los cafés de chinos tiene una cualidad extraña: ninguno otro se parece a él. Tartas, conchas, cubiletes, pays, chilindrinas, chongos, el desfile de pan es siempre abundante.
¿Por qué escribo de los cafés de chinos? Porque en las mañanas frías del Distrito Federal nada se compara a entrar a uno de estos establecimientos y calentarte sólo con el olor del pan recién horneado, del golpe fuerte del café que humea de vasos y tazas. Y si uno tiene suerte y el tiempo, antes de llegar al trabajo debería de sentarse uno a tomar un chocolate caliente y sentir que vuelve el calor perdido en la calle.

domingo, febrero 18, 2007

Cuánta falta nos hiciste, María Daniela

La noche huele a sudor. En las mesas atiborradas de botellas y en los espacios abiertos, el sudor es una presencia imperecedera. O y yo estamos muy cerca de la barra del VdeMas, el antro donde se presentará María Daniela. ¿El VdeMas? Sí: un antro feo, con un estilo terrible. Es un galerón con un gusto por lo metálico y con dos zonas vip donde no entraría en realidad, ningún vip. La música y el sonido son malos. La clientela de este sábado, tal vez no siempre la misma, tiene sus chispazos de kitch y colombia que le agregan a la noche -helada afuera-, un sabor extraño.
Para llegar al VdeMas hay que bajarse en el Metro Santa Anita y aventurarse en la noche por la desértica avenida de Congreso de la Unión. Los perros, la exigua luz artificial, la proximidad con el pueblo de Santa Anita y las columnas del metro le dan a la calle un aire de zona de tráfico de órganos y narcomenudeo que es imposible no respirar y sentir en la piel mientras se camina por ella.
Es la una de la mañana y María Daniela tendrá aún una hora de retraso. Un retraso inexplicable. El público silba apurando a la artista en las pocas pausas de la música: un sonido estridente, no empalagoso. La gente de seguridad a veces levanta sus linternas y da indicaciones que el publico intenta desentrañar y darle una sola explicación: ya viene María Daniela. Pero no. Sigue la música. Sigue el cansancio inexplicable en el VdeMas.
Hay al centro del galerón dos plataformas donde giran como trompos, un par de bailarines profesionales. De profesionales no tienen más que los cuerpos bien trabajados: son un chico y una chica. El chico enseña las nalgas a mitad de una canción en cambio que la chica, en top y minifalda amarilla, muestra los calzones blancos a los celulares erizados a un lado de plataforma: erizados como alambre de púas.
Cuando estos chicos se bajan -es imposible bailar toda la noche- las plataformas se prestan para que suba una corte de seguidores de María Daniela que hacen de las suyas ante la mirada divertida de la concurrencia. Una pareja con tintes de clica bailan provocativamente. Un coreano se apodera de otra plataforma. Un chico en camisa roja y excedido de peso baila en otra. El momento más trepidante de la noche ocurre cuando sube a la plataforma un travesti alto, delgado, con vestido blanco que le remarca el cuerpo con ausencia de curvas. Baila con frenesí. Su rostro pálido brilla en la noche aburrida en el VdeMas, sus rastas largas lo hacen parecer una copia de Marylin Manson. Y la gente le aplaude. Los expectadores no sueltan la mirada de ese chico que baila con desparpajo, que abre las piernas y se estira la tanga para mostrar a cercanos y desprevenidos, el secreto de su sexualidad.
Y María Daniela no sale.
Y María Daniela tiene que ser exultante para sacarnos del marasmo.
Pero, no. Cuando finalmente sale la cantante de "Miedo" y "Fiesta de cumpleaños" el frenesí no alcanza a retumbar en el ánimo. María Daniela baila todas las canciones de la misma forma. A veces se le va la voz. El sonido es pésimo. María Daniela, en vivo, resulta un tanto aburrida. ¿Le pone entusiasmo? Sin duda, pero hay un momento donde simplemente la cantante no hace clic: donde se ve en el escenario, imposiblemente, ese intento casi chafa por hacer música. Uno puedo aventurar que se encontró de golpe con buenas canciones pero nunca quería ser cantante. Uno puedo preguntarse cómo fue que surgió porque los discos, vaya que son buenos, las canciones, vaya que pegan -por algo andámos por Calzada de la Viga a las cuatro de la mañana- pero María Daniela en persona, en show, se desinfla frente a nuestros ojos. Qué difícil es crear los mitos en este tiempo donde todo es un descreer de lo otro.
Salimos antes de que termine el concierto. María Daniela ya cantó lo mejor de su repertorio cuando abandonamos, para no regresar nunca más a ese lugar. De regreso a casa el taxista enciende la calefacción del auto. Es lo más cálido de esa noche.

miércoles, febrero 14, 2007

Chisme

Me dice una amiga: "oí un comentario de gente que te critica por las becas que has tenido." Me llega el chisme vía internet, un chisme de alguien en Monterrey que piensa en mí y dice: "ese ha sido un mantenido del sistema, un tal por cual, etcétera, etcétera, etcétera (un etcétera dice: y con lo mal que escribe)". Yo nada más leo el chisme y suspiro. Ese amigo tiene razón. Toda la razón. ¿Yo qué puedo hacer para debatirle? Simplemente darle las gracias porque, desde Monterrey, alguien se acuerda de mí. A la brava. Pero se acuerda.

Milán en la Fundación

Viene el poeta Eduardo Milán a la Fundación y deja, con su paso, la sensación que deben de dejar los exterminadores al rociar el veneno en el minúsculo embudo de las hormigas. Sin embargo, esa verdad dicha con la inteligencia y la capacidad de Milán para relacionar textos, autores, ideologías y concretar máximas al aire, resulta anestésica. Sí. Uno adopta la idea de que: si no se escribe desde el germen máximo de la literatura: desde pensar la primera línea con el fantasma de Dios, Dante y Homero, desde la tan anunciada: "muerte de la literatura." ¿pues qué diablos hace uno como escritor?
La visión de Milán no acepta debates. Y todos lo escuchamos entre esperanzados y con la desesperanza en la columna que se nos cimbra. Yo no puedo escribir desde esa visión, me queda claro al final. Soy una oveja sin piel de lobo que deambula siempre al filo del desfiladero.

lunes, febrero 12, 2007

Monterrey

Busco noticias de Monterrey
en el periódico.
Le leo sus calles con baches,
el último asesinato,
lo que dicen del alcalde.
En el barrio Antiguo:
sus calles empedradas,
la líquida sensación
de sus noches de juerga.
Pienso también en el sol
que todo lo medra
ahogando con su
rabia las calles y los perros.
Mi Monterrey pequeño:
¿Quién vendrá a negar mis palabras
cuando digo que Monterrey
es cueva, raíz solar, estirpe
de una geneología salvaje
escrita en sus bardas?

La última grande

En el número más reciente de la revista Playboy aparecela vedette Niurka en portada y páginas centrales. Esto no es sorprendente. Desde hace años, la televisión mexicana nos ha bombardeado con toda clase de intimidad y chismes sobre esta bailarina y actriz cubana. Sabemos de ella el número de amantes que ha tenido, la cantidad de orgasmos que tiene, la medidad de sus cabellos, su geneología y descendencia.
Niurka le ha dado de comer a muchos comentaristas televisivos que, sin ella, simplemente no tendrían una noticia. Pero digámoslo bien: Niurka y sus andanzas en ese tipo de noticia que llega a ser basura en todo el sentido de la palabra puesto que sólo interesan sus escándalos y eso, no creo que haga mejor a cualquier ser humano.
Ahora bien. La revista Playboy dedica su más reciente número a la vedette cubana. Pero, a diferencia de otros números, donde sólo está permitido el ejercicio de lo visual, en éste agrega una leyenda sugestiva: "desnúdala lentamente. Tinta reactiva al frotamiento." No quiero ni imaginar qué placeres provocará esta leyenda en los voyeuristas (con seguridad muchos y también, efímeros) pero esta leyenda lleva lo porno a otros niveles. Esa simple leyenda lleva lo lúdico a un nivel íntimo y nervioso.
En este momento alguien frota a Niurka. Y ella, indiferente, más preocupada por su "carrera" artística, ni se da cuenta.

domingo, febrero 11, 2007

Cuando tenga 30 años

Anoche, mientras estábamos O y yo en la fiesta en casa de Ioio, dije, casi al descuido, que pronto tendré 30 años. Y O me dijo: "yo no quiero andar con un treintañero." Y pensé: "ni yo quiero tener 30 años." Vivir la década de los 20 ha sido para mí un grato regalo. He sufrido graves pérdidas pero también he tenido grandes regalos. Recuerdo cuando un amigo iba a cumplir 30 años y estuvo todo el tiempo deprimido. "Siento que apesto a adulto", me dijo al final del su cumpleaños. Y yo lo miraba y sí, algo así olía: ser adulto. Pensé también en los blogs: ese desenfado juvenil que irradian: un blog sabe a joven: escribir un blog te hace sentir joven. Es una extraña relación entre una cosa y la otra. Tal vez el futuro los blogs se midan por la antiguedad de sus entradas: y al ver que se lleva 30 años escribiendo un blog los lectores huirán espantados, tal vez, de su propia vejez: 30 años leyendo el instinto contagioso. Válgame. Ojalá lleguemos a esa edad.

Lejos de aquí

Vivo ese momento en blanco que le llega a todo el que escribe (no quiero utilizar la palabra escritor). Y me descubro a mis anchas en ese espacio donde no existe la literatura: ese espacio en donde viven más de ochenta o más de millones de mexicanos. Ese espacio donde no existe la literatura es agradable. En un breve cuento de Pessoa (otra vez la literatura) el diablo le dice a una mujer: "qué agradable es estar junto a la lar, en el calor de la familia." Y pienso qué agradable es estar lejos de nuestras propias ambiciones de cualquier sentido. Lejos de querer terminar un edificio, lejos de querer ser finalista del Miss Universo, lejos de hacer el mejor tiempo en la competencia. Como decía el buen Simónides "hay que alegrarnos en nuestra juventud." Y creo que hay que apuntar una cosa: "hay que alegrarnos con nuestro ocio."
El blog es eso: un ocio que pretende ser intelectual: que pretende ser chismoso: que pretende ser divertido: que pretende ser caústico. Lejos de aquí: lejos de nosotros mismos. Así que hoy me siento en el espacio en blanco de la escritura. Así que, al no haber letras en este momento me pongo a hacer uno de mis pasatiempos favoritos: me pondré a jugar.

miércoles, febrero 07, 2007

Pelotas en el auto

(A inicios del 2005, la revista La revista, invitó a varias personas a contar una historia breve a partir de las frases de nuestro querido presidente Fox. Este fue el cuento que salió para esa revista)


“Ni se crean que tenemos un cuartote lleno de dinero para ver qué se ofrece y cómo apoyamos,” decía el presidente en la nota. En la foto Fox se encontraba ante unos indígenas y se le veía concentrado.
―No, qué van a tener un cuartote lleno de varo ―dijo Lucio. Luego fisgoneó en la sección deportiva. Ana Guevara había ganado otra vez. Cuando terminó de leer Nancy entró a la cocina con algunos platos sucios y antes de lavarlos la mujer le lanzó una mirada de indiferencia y miró el reloj en la pared.
―¿A qué horas sales hoy?
No le respondió de inmediato. Lucio nada más se escuchaba el ruido de los trastos unos contra otros mientras los lavaban y el chorro de agua.
―¿Cuánto dinero crees que puede caber en un cuarto? ―le preguntó y recordó aquella vez cuando estuvo a punto de atinar cuántas pelotas de golf estaban en un Chevy. Había dicho 14, 321 y se había equivocado por 236.
―Quién sabe. Mucho dinero.
―¿Cuánto?
Nancy alzó la ceja, cerró la llave y volvió a verlo.
―Depende qué tan grande sea el cuarto, y los billetes.
―Imagina puros de a quinientos.
―No, pues bastante.
―Como aquella vez. Si hubiera dicho 14, 557 pelotas me hubiera ganado el carro.
Nancy lo escuchó sin ánimos y volvió a su quehacer.
―Ha de ser mucho ―continuó Lucio ajeno al fastidio de su mujer―, como cinco millones; o hasta más: diez o doce.
―¿Por qué me estas hablando de eso? ―le dijo Nancy dándole la espalda.
―Por esto ―y Lucio extendió el periódico donde el presidente decía que no contaba con un cuarto lleno de dinero para los indígenas.
―Ah.
―Espera ―dijo Lucio. Salió y cuando regresó llevaba una calculadora.
Hizo sumas, miró la cocina como midiéndola, se puso de pie, dio pasos de norte a sur, de oriente a poniente; calculó primero columnas de billetes, tanteó la altura, filas, después multiplicó y cuando anotó la suma final sonrió satisfecho.
―Ya decía yo. Es un resto.
Nancy terminó de lavar los traste y lo miró con cansancio. Lució le mostró el número en la calculadora y ella le dijo:
―Déjate de huevonadas y busca trabajo.
Cuando ella se fue Lucio retomó el periódico y leyó la nota: “Ni se crean que tenemos un cuartote lleno de dinero para ver qué se ofrece y cómo apoyamos.” Se preguntó si el presidente también se había quedado con la duda de cuánto dinero cabría en un cuarto. Pero luego, pensándolo bien, se dijo que no era posible. Para eso tenía sus achichincles que le contaran, sumaran y demás. Desganado, se quedó viendo la calculadora donde aún estaba la cantidad multiplicada: el dinero del cuarto para ayudar y apoyar; y antes de oprimir el cero Lucio agregó:
―Carajo, por qué no dije 14, 557 pelotas.
Para algunos, es más condenable tener ambiciones que tener mediocridad.

Narco cultura

En un artículo publicado por Vicente Alfonso, en la revista Proceso, se da un marco interesante sobre la narco cultura. Vicente hace un repaso sobre los fenónemos culturales más interesantes en los que el narco ha plantado sus reales. Si bien, en más importante de ellos es el culto a Malverde, un ladrón sinaloense que murió en 1909, el artículo no deja de lado los narcocorridos, los santuarios a Malverde en discotecas y capillas y mucho menos, la ya casi esotérica disposición de las policías estatales y federales para apoyar al narco.
Y habla también de los narco blogs. En este tipo de blogs, los narcos pasan información, se burlan entre ellos, se amenazan con la confianza que da mentarle la madre al otro en cuanto ve los comentarios. Sin embargo, los narco blogs están en su mayoría ocultos. http://www.escolar.net/MT/archives/2005/05/los_zetas_los_s.html fue una de las páginas utilizadas. No tanto por lo que en sí, dice la nota principal. Lo narco blog se inscribe en los comentarios. desde el apoyo directo hasta la crítica casi institucional.
Otro de los sitios donde se puede encontrar algo similar, pertenece al bien llamado Museo del Narco, ubicado en el interior de la Secretaría de la Defensa Nacional. El narco Museo es uno de los pocos que no están abiertos al público. En la liga http://www.blog.com.mx/cultura/museo-del-narco/ se puede leer de nuevo, esa lucha, ese bando de contrarios entre quienes apoyan al narco y quienes no lo apoyan. Pero también, mensajes entre ellos. Las descalificaciones son parte de la retórica de la intimidación, lo mismo que el apoyo solidario entre cada grupo. Sinaloa, Tamaulipas, los Zetas, el Chapo, son sólo parte de bandos que intercambian palabras.
Y si bien, la narco cultura ha llegado al internet, como antes lo hizo con los corridos o las películas de Mario Almada, no estamos ni por asomo ante el fin de este tipo de expresión. Habría que esperar a un senso más amplio, porque estoy seguro que los verdaderos exponentes de este tipo de arte (y lo es, desde que presupone una reconstrucción de la realidad, la derivación de lo otro) aún no salen a la luz. Porque si bien el narco se hace en lo oculto, nunca deja de ser público. Lo mismo pasará con la narco cultura. Poco a poco irá saliendo de sus catacumbas para golpearnos como una ráfaga.