Vivo ese momento en blanco que le llega a todo el que escribe (no quiero utilizar la palabra escritor). Y me descubro a mis anchas en ese espacio donde no existe la literatura: ese espacio en donde viven más de ochenta o más de millones de mexicanos. Ese espacio donde no existe la literatura es agradable. En un breve cuento de Pessoa (otra vez la literatura) el diablo le dice a una mujer: "qué agradable es estar junto a la lar, en el calor de la familia." Y pienso qué agradable es estar lejos de nuestras propias ambiciones de cualquier sentido. Lejos de querer terminar un edificio, lejos de querer ser finalista del Miss Universo, lejos de hacer el mejor tiempo en la competencia. Como decía el buen Simónides "hay que alegrarnos en nuestra juventud." Y creo que hay que apuntar una cosa: "hay que alegrarnos con nuestro ocio."
El blog es eso: un ocio que pretende ser intelectual: que pretende ser chismoso: que pretende ser divertido: que pretende ser caústico. Lejos de aquí: lejos de nosotros mismos. Así que hoy me siento en el espacio en blanco de la escritura. Así que, al no haber letras en este momento me pongo a hacer uno de mis pasatiempos favoritos: me pondré a jugar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario