Yo no quiero morirme. Reafirmo mi deseo de no morirme, al menos no morirme ahora, ahorita, no clavarme un cuchillo o atarme una soga al cuello. Tampoco quiero ver el fin del mundo que se publicita con tanto gozo en la televisión. Tengo ganas de una helado, un gran helado, un helado que dejaría mil bocas destempladas, un gran helado con crema chantilly, cerezas, chocolate escarchado y jalea de fresa.
No, yo no quiero morirme. Que se mueran otros. Que otros pidan atención por su muerte o deicidios. Quiero un helado e iré por él.
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