viernes, septiembre 15, 2006

Coloquio

Me interesan los creadores regiomontanos por ser regiomontano. Me interesa la historia de la literatura regiomontana tal vez, para ver en ella, el origen no genético, no de la tradición, puesto que al tradición es una argamasa de inciertos caminos y formas de inducción, pero si una geneaología de escritores: poetas o ensayistas que antes empuñaron la pluma. Nombres como Celedonio Junco de la Vega, Felipe Guerra Castro, Eusebio de la Cueva, Adriana García Roel, Josefina Niggli son parte de estos padres, no literarios, sí putativos, de la escritura en Monterrey.
Es Víctor Barrera Enderle acaso, quien más se ha preocupado por restaurar un cánon de la literatura regiomontana. ¿Es posible hablar de un cánon en la literatura regiomontana? Regiomontana sólo por su origen, aunque la agrupación sea en realidad más taxonómica que del espíritu que anima la obra? Creo que sí. Las ciudades adquieren una categoría distinta cuando hay creadores que la descubren a los demás. Hay un rastreo casi paleontológico.
Siempre, para mí, los autores de Monterrey se acotaban a quince, veinte nombres. Nombres con oficio. Por eso, hace días que me regalaron un par de la revista Coloquio, específicamente el número del primer aniversario, número doble con todos los autores regiomontanos de esa fecha, no pude más que sentir ese gusto por el pasado, no tan lejano, apenas trece años.
Trece años son suficientes para mostrar un antes y un ahora. Me sorprende, por ejemplo, que Julian Herbert esté como escritor regiomontano cuando es de Saltillo. A algunos no los conocí nunca, tal vez porque no pasaron del primer libro o dejaron la escritura para una visión más íntima y no tan pública. Otros desaparecieron. Algunos murieron. Aún así, va la lista.
Carmen Alardín, Luis Javier Alvarado, José Luis Cendejas, Eligio Coronado, Margarito Cuéllar, Armando Joel Dávila, Yuri Vladimir Delgado, Sonya Garza Rapport, Alejandro González, Macedonio González, Xorge González, Julian Herbert, Leticia Herrera, Oscar Efraín Herrera, Andrés Huerta, Patricia Laborde, Luis Carlos López, Guillermo Meléndez, Silvia Mijares, Felipe Montes, Andrés Montes de Oca, Malena Múzquiz, Samuel Noyola, Ofelia Pérez, Alfonso Reyes Martínez, Humberto Salazar, Horacio Salazar Ortíz, Graciela Salazar Reyna, José Eugenio Sánchez, José Luis Solis, Arnulfo Vigil, Minerva Margarita Villarreal, José Javier Villarreal, Claudia Villarreal, José Franciso Villarreal, Eduardo Zambrano, Héctor Alvarado, Mario Anteo, Guillermo Berrones, Gabriel Contreras, César Cubero, Graciela España, Romualdo Gallegos, Eloy Garza González, David González, Genaro Huacal, Joaquin Hurtado, Zacarías Jiménez, Patricia Laurent Kullick, Ramón López Castro, Juio César Méndez, José María Mendiola, Eduardo Antonio Parra, Rubén Soto, David Toscana, Hugo Valdés Manríquez, Alfredo Zapata.
Es curioso ver en la revista tanto rostro rejuvenecido. Antes de las obras, como si la escritura envejeciera. Antes de todas las batallas y los libros, sólo puedo pensar que ha sido una época fructífera para muchos de ellos aunque tambien, es cierto, muchos de ellos permanecen ya en silencio: no sé si exilio voluntario o involuntario. Pero hace trece años eran parte de los autores de Nuevo León. ¿Quienes serían entonces, los de ahora?