A veces pienso en qué necesitado nació y es nuestro amor. Nunca tendré para comprarte una casa al capricho y tendremos nuestros amores en los pasillos de los camiones urbanos o en la destemplada soledad de una plaza pública. A veces pienso en todas las comodidas que sé, no están al alcance de mi mano para obsequiarlas en la tuya. Sí, nuestro amor nació con muchas carencias de casas, de teléfonos, de coches, de esos viajes que siempre, siempre le hacen bien a los que se aman. Pero eso sólo lo pienso a veces, cuando estoy molido por el día a día o cuando detesto todas mis debilidades como hombre. Pero sólo, lo repito, lo pienso a veces, y entonces te miro y desde toda mi pobreza me siento rico, satisfecho con las pocas monedas en mi bolsillo.
Para O
3 comentarios:
SSSss.
Ya picó.
Lindo pecesito...
:P
Saludos, Toño.
Òudi-Ló
Toño, cuando tengas un trabajo estable (muchos escritores lo tienen) podrás cotizar en el infonavit o sacar una hipoteca del banco. Supongo que en el DF habrá más facilidades de comprar casita que en otras partes de la república, o son sólo bien intencionados rumores de que en la ciudad de la esperanza todo es algarabía? No te descorazones. Tienes el futuro por delante.
Hola Liliana, Oscar, ah, el trabajo, claro que he tenido trabajos... sé myu bien qué es eso... pero lamentablemente ya todo es por honorarios y no creas, comprar una casa en la ciudad de México... bueno, es la cosa más triste que hay en el mundo si no tienes dinero suficiente para no terminar en un departamentito por Coacalco, pero le seguiré buscando.
Publicar un comentario