¿No les parece sorprendente? pregunta el poeta Guillermo Fernández, que de un tiempo acá existe una cantidad, casi industrial, de jóvenes poetas? Yo, en serio, no lo entiendo y siempre quise saber porqué había tantos y no lo entendí hasta que hace meses leí un artículo sobre los batracios.
Es en serio, no se rían. Miren, allá por julio llueve mucho mucho y entonces salen de las alcantarillas un montón de ajolotes, de renacuajos. Se multiplican, se multiplican. Y ya descubrí que para septiembre, ya publicaron su primera plaquette. Para noviembre ya tienen su primer premio o beca. Para enero, ya son burócratas culturales o parecido.
He ahí la solución del poeta Guillermo Fernández a la gran cantidad de poetas jóvenes en este país.
También dijo algo más: Muchos, son muy buenos.