Carta escrita por Sonia Flores, productora y conductora voluntaria del programa “Palabra de Mujer”
El programa de radio "Palabra de Mujer" fue retirado del aire el día 20 de Julio de 2006. El motivo; una Mesa de análisis sobre el momento electoral, básicamente, sobre la necesaria certeza de la legitimidad de la elección presidencial dado lo cerrado de los resultados. El pasado 6 de Julio inicié mi programa diciendo que en el transcurso del mismo estaría comentando sobre la reciente elección, luego hice breves comentarios sobre los avances de la democracia y los retos que todavía nos quedan pendientes en el proceso de su construcción. En menos de 10 minutos el director de la estación me indicó que dejara de hablar sobre el tópico. De hecho me mostró un documento en que se prohibía exteriorizar opiniones sobre el tema de las elecciones. Por tanto deje el tema y aborde el de la falta de libertad de expresión y la censura.
En la llamada de atención (que no fue la primera en la historia de mi programa) se me criticó por abordar los temas políticos, especialmente los temas electorales, además se me dijo que ésta “es una radio pública” y que “el IFE y el IMER establecieron un acuerdo para que no se hablara del tema electoral”. Di mi opinión en un momento históricamente importante para mi país, he sido sancionada por ello, por ser mujer, por ser pública y por opinar diferente.
Cuento con la grabación de los programas a que me refiero, tengo también en mi poder tres documentos en los que se me censura negándoseme el derecho a hablar de política. Estos materiales los ofrezco como prueba de que solo ejercí mi derecho a la libertad de expresión en un medio del Estado (referido como “el cuerpo al que pertenecemos todos los miembros de la sociedad mexicana” que “no puede estar condicionado” a ”los dictados del gobierno en turno”[1]).
Me indigna tener que reconocer que la censura sigue existiendo a pesar de los esfuerzos de tanta gente que a lo largo de muchas décadas ha buscado erradicarla. Me indigna que este intento de callarme no sea el único, ni un acto aislado, sino una estrategia nacional para que la discusión sobre el tema electoral “se muera solo”, en silencio sin voces radiofónicas que ofrezcan opiniones disidentes a las de los grandes medios masivos de comunicación. Pero me indigna aún más que el miedo a la diversidad de opiniones –único sello de la verdadera democracia- pueda justificar el cierre de uno de los pocos espacios radiofónicos con perspectiva de género dedicado a la situación de las mujeres; espacio que es escuchado por mucha gente, y cumple un indudable servicio social.
Por lo mismo quiero hacer de su conocimiento que es en contra de mi voluntad que "Palabra de Mujer" deja de salir al aire en XHUAN Estereo Frontera (del grupo IMER) desde el 20 de Julio de 2006. Condeno la arbitrariedad de aplicar políticas excluyentes a los que pensamos diferente, condeno la intolerancia y la censura. En adelante planeo seguir con mi empeño de producir y conducir la Revista Radiofónica "Palabra de Mujer", pero ahora será un programa “al aire” en plazas públicas y espacios privados (que me abran sus puertas), será por algún tiempo un programa itinerante.
Te invito a que apoyes la expresión libre, independiente, comprometida con la causa de las mujeres, y con perspectiva de género; escribe cartas condenando el cierre del programa “PALABRA DE MUJER.”
Envialas a los siguientes domicilios electrónicos:
Sra. Dolores Beistegui de Robles
Directora General del Instituto Mexicano de la
C. Sergio Dodero Torres Gerente en Tijuana, BC de XHUAN, Estéreo Frontera, (102.5 FM) estereofrontera@yahoo.com.mx
Envía copia a: Sonia Flores, productora y conductora voluntaria del programa “Palabra de Mujer” (1/03 a 7/06) SoniaFlores@palabrademujer.com
(664) 608-2631Cel. (664) 393-9563[1] DOCUMENTO RECTOR DE IMER
En este sentido, los medios radiofónicos de servicio público, como el IMER, deben ser en realidad medios de Estado, entendido éste como el cuerpo al que pertenecemos todos los miembros de la sociedad mexicana. El interés general de la sociedad reflejado como interés del Estado mexicano, no puede estar condicionado a la lógica que establecen las leyes del mercado o los dictados del gobierno en turno.