sábado, marzo 11, 2006

¿Libertad creativa?

Es muy dificil mantenerse a salvo de lo que se escribe, huir del proceso creativo. Una vez que te silba a lo lejos, una vez que aparece a la puerta de tus ideas no hay fuerzas que sea capaz de hacerlo retroceder. Quien crea no se mantiene a salvo de sus historias. Le quitan energia, lo contienen, lo sitian. Los procesos creativos tiene más de persecución y agonía que de placer. Es por ello que cuando alguien dice vanamente que es escritor, o dice ingenuamente que quisiera ser escritor, en realidad, abre o abrirá una caja de Pandora para su propia vida. No hay nada más frustrante que una novela o un cuento del que no estamos completamente satisfechos. Esa historia mal versada, rimada, sólo por utilizar un argot poético, te persigue con sus fauces abiertas. Y no hay escapatoria porque escribir, al igual que las demás artes, no otorga tregua, ni descanso. Puedes estar en el cine mientras comes palomitas, en el camino de regreso a casa, mientras duerme tu mujer al lado, respirando acompasadamente y de la nada aparece ya el germen de lo escrito, lo no escrito, lo que se encuentra a medias. No, nunca nos mantenemos a salvo de nuestros escritos, ya sea un poema, un cuento, el ensayo breve sobre gatos y perros. Siempre, en el fondo de todo se encontrará la obsesión de lo que está ahí deseando ser. Escribir es no ser libre a veces, pocas veces se atisban en él campos verdes, caminos que llevan a casa. ¿Escribir salva? Los soñadores dicen que sí. Aún no sé dar una respuesta.