sábado, abril 30, 2005

XVIII

Sábado noche
su nombre se destila en mi boca
la música es necia
sólo ella permanece
envueltas en una idea sin sentido
Ana, repito
Ana, repito para siempre
aunque otros cuerpos vengan
a conjurar un deseo
Ana, repito
Ana permanece.
Todo lo demás es inerte
Todo lo demás es exangüe
como un cuerpo sin sangre
Toda realidad es necesaria
Toda realidad es inmanente
¿Dónde queda la poesía cuando
la distancia es cierta?
¿Dónde queda el amor
cuando la distancia es acaso,
necesaria?

viernes, abril 29, 2005

El valor de las máscaras

La imagen del luchador es sagrada. Su máscara es el revuelvo del misterio. Las máscaras se cotizan lo mismo que los juguetes de colección. La tapa de un luchador tiene plusvalía. ¿Qué le da la plusvalía a un máscara?
a) Que su dueño la haya expuesto varias veces y la haya mantenido en luchas máscara contra máscara o máscara contra cabellera.
b) Que, no sólo la haya mantenido sobre sus hombros, sino que los rivales vencidos hayan tenido gran renombre o tengan renombre como luchadores.
c) Que el luchador sea un fenómeno mediático y por ende, campeón de algun trofeo.
Actualmente las máscaras más valiosas son muchas: La del Hijo del Santo, la de Blue Demon Junior. Las tapas de Canek, Lizmark, Atlantis por parte del Consejo Mundial de Lucha libre son las máscaras más condiciadas. Por parte de la Triple A, definitivamente la máscara de mayor valor es la de Octagón.
Octagón es un luchador hecho en el Consejo. Muy pronto se hizo de un nombre en fieras batallas contra Fuerza Guerrera. Siempre había sangre en sus luchas. Sus peleas mano a mano aún se recuerdan en la memoria de los aficionados. Cuando aparece la AAA Octagón y un puñado de luchadores se va a la nueva empresa donde Octagón no deja de ser in ídolo. Ahi desenmascara a una copia acérrima de él como lo era Pentagón.
Dice hoy el diario el Universal que Octagón dejó plantados a un grupo de niños con cáncer en fase terminal en el Centro Médico siglo XXI. La visita había sido organizada por la fundación "Conocer para vivir" A.C.
Isaí Rous Enciso, de 14 años, mostró a el luchador rudo Charly Manson su cabeza a rape con tres frandes cicatrices en el cráneo. El joven luchador rudo fue el único que asistió a la reunión donde también faltó ElectroShock y Canibal Jr.
"Estoy enfermo de cáncer en el cerebro", señaló: "Hoy me internan, pero con la visita de Charly Manson ya no me da miedo y me siento con más fuerza, con más ánimo para echarle ganas", añadió el casi adolescente.
Charly Manson dijo a los medios lo siguiente: "Ya sabemos que a Octagón no le gustan los niños, que sólo es pose. Y menos si se trata de enfermos. Su calidad humana es muy baja".
Alguno de esos niños son admiradores del veracruzano que siempre pelea bien pero ya no es un luchador combativo como al principio. Como en todas las profesiones, cuando se piensa que se alcanza cierto estatus, la inteligencia y el físico se abotargan. Ahora Octagón es una luchador de aparador. No es necesario verlo sangrar para que demuestre lo contrario. No sé porqué faltó también el luchador a esa cita. Sólo sé que el valor de su máscara para mi ha perdido algo de valor y que de ahora en adelante, seré un fan más aplicado de Charly Manson que sale con la greña al aire y con el rostro maquillado como el cantante. Gritaré su nombre cuando salga a la arena. Las cabelleras, en el mundo de la lucha libre, también valen.

martes, abril 26, 2005

Herencia

Me dijeron: "se murió" y fui alejándome de su tierra porque con su muerte las marcas que me había hecho, las mordidas que habían atravesado la marca de la piel se fueron desvaneciendo como si nunca hubiera ocurrido. Noté mis lazos rotos con la muerte, y noté que ahora mis apellidos eran otros y nada debía entonces, a la tradición de su nombre.

lunes, abril 25, 2005

Enemigos a muerte

El cine mexicano ha vivido de las utopias. Primero la utopia de que la década de oro sería para siempre, después la utopia de que sus leyendas seguirían haciendo buen cine, después la utopia de que el gobierno apoyaría bien al arte y finalmente una utopia de un nuevo cine mexicano. (Tal vez esta parezca sí, convertirse en una realidad). Primero la década de oro se acabó al terminar la segunda guerra mundial y volver autores, directores y sobre todo el capital a sus lugares de origen. Después, se nos mató Pedro Infante, se nos murió Jorge Negrete, desfilaron a la tumba los Hermanos Soler y nuestra abuelita del alma, Sara García se nos fue después de participar en telenovelas de no pocos recuerdos.
Luego llegó el aparato gubernamental para "apoyar" la realización del cine mexicano. Y nos llegó entonces la época de las ficheras y los contrabandistas. Me encanta en particular este cine mexicano por utópico y sensacionalista donde los maleantes malos son malos pero tan malos que hasta tienen pésima puntería y las mujeres, además de ser buenas mujeres: luchones, peleadoras, orgullosas y altivas, también están bien pero bien buenas.
El cine de los setentas tuvo, creo, dos máximos exponentes en su haber: las cintas de Lola "la trailera" (llévadas al éxtasis por una Rosa Gloria Chagoyan que lindaba entre estar buena y estar llenita nomás) y a los hermanos Almada quienes al menor pistoletazo armaban una persecusión por terrenos agrestes donde los lincoln, Malibú y lebarón que manejaban uno juraba se iban a desgarretear en cualquier momento. Me encantan las películas de Lola la trailera por novedosas y técnicas. Sólo de imaginar esos trailers andando a más de cien kilómetros por hora en el campo y levantando polvaredas me eriza la piel. Y si a eso le agregamos a una Lola que siempre lleva una pañoleta en la frente y le dice a su madrina que ya están por alcanzar al siguiente trailer simplemente uno como espectador sabe que estamos ante la gran heredera del surrealismo que tanto gustó en las Películas del Santo.
Los Almada se cuecen a parte. Mario y Fernando Aldama nos enseñaron que no hay nada mejor que ser judicial y perseguir bandidos por cunetas y carreteras poco transitables. Me pregunto cuántos de nuestros honorables judiciales crecieron viendo a Los Aldama deteniendo cargamentos de coca después de vaciar cerca de mil cartuchos de bala sobre una cajuela que inexplicablemente no se agujereaba y dijeron, al ver el valor de tan osados judiciales: "Yo quiero ser como ese comandante".
Claro, los guiones eran malos, sacados de no sé qué homenaje al Santo, reitero. Sólo había qué ver a Jorge Rivero haciendose el guapo o a Lola la trailera vestirse entalladamente para después de una carrera irse al antro de ficheras que le tiraban a prostitutas, para darse cuenta que en México falsear la realidad también es un arte. De Lola me quedo con un capítulo en una de sus mútiples partes (Creo que pocas películas mexicanas de la época tuvieron tanto exito como para filmar continuaciónes al más puro estilo de Rocky V), Lola quiere alcanzar el trailer de un gringo. (El Borras sale de mecánico: simplemente actualición deliciosa). La madrina, al ver que se les escapa el gringo maldito, le dice a Lola: "Ahora sí, mijita, agárrese bien". Y luego le pone mezcal al tanque de gasolina.
No sé si los técnicos de PEMEX han verificado el inusual poder del mezcal pero apenas vacía la bebida espirituosa, el trailer de Lola saca lumbre por todos los mofles y se lanza al frente en dos ruedas y gana la carrera.
Me encanta de Los hermanos Almada que siempre defendían el honor de familias o siempre había una venganza qué cumplir. Mi abuelo veía sus películas con harto placer y yo creo que se imaginaba matando gentes a diestra y siniestra como un Almada.
Enemigos a muerte, dirigida por Rubén Galindo Junior y producida por el padre es una de esas películas de la época. Álvaro Zermeño es un justiciero que comparte amor, botines y enemigos con Eduardo Yáñez. Sí, nos cambiaron a Pedro Infante o al Piporro por Álvaro Zermeño y Yáñez. La mujer adorada y dividida es Julieta Rossen que por esa época enseña buena pierna. Zermeño y Yáñez se roban unos diamantes y después de mucho batallar matan a sus enemigos en un final apocalíptico lleno del disparo de pistolas que nunca se cargan y sangre que siempre se contiene por pudor dentro del cuerpo, mientras la Rossen (qué chula estaba la Rossen) está colgada del techo.
Cuando la descuelgan se escucha de afuera: Están rodeados, es mejor que se rindan. Zermeño va y se asoma. Su enemigo, vestido al más puro estilo del padrino, pero a la mexicana, con bigotito caído como aguacero y puro contrabandeado en la Merced, con una capa blanca a pesar del calor, le dice que tienen hasta 30 para entregar las joyas. Nombre, si hay una de maleantes afuera. Zermeño besa a la Rossen y liego Yañez también. Zermeño los mira y dice, pues ya ni hablar. La película termina cuando los tres salen de la casa y de un salto comienzan a disparar y matar a los malitos, como decía el payaso Pipo. Ahí se congela la película. Así termina.
Sí, el cine mexicano ha vivido muchas utopías. La utopía de creer crédulo a su público ha sido la peor de todas. Esas películas eran un ejemplo, salvo algunas, que ser enemigos a muerte del buen gusto y la buena hechura eran factibles. Ni Lola se salva. Sin embargo han dejado secuelas imborrables porque cada que veo un buick negro imagino que alguien va en la cajuela y que es posible, si le pones mezcal al motor de tu Audi, andar a más de 250 kilómetros por hora.

Cuevas no es erótico

Cuevas es pintor. Cuevas tiene un Museo que se llama José Luis Cuevas en el Centro Histórico. La máxima atracción del Museo es La Giganta, colosal escultura de una mujer que parece querer salir de otra mujer. Con sus cabeza que parece mirar en múltiples direcciones, con brazos descoyuntados y demoledores pies La Giganta mira hacia la entrada principal del Museo con una sonrisa apenas percibida y con un aire de matrona que seduce.
Alrededor del patio central hay una serie de pasillos que dan a las galerías donde se montan las exposiciones. Los pasillos tienen baldosas duras color de barro mientras que las habitaciones donde se expone la obra tienen alfombra. Como hace calor dentro del Museo, algunas de las galerías tienen abanicos de pedestal que lanzan al bochorno del interior un aire ralo, apenas servible.
Fui al Museo José Luis Cuevas, atravesé el eje central con sus trolebuses extendidos, caminé frente al Palacio de Minería que mira la fachada gris y seria del MUNAL, llegué por Tacuba hasta la calle trasera de la Catedral donde estaban cerrando el Centro Cultural España y luego de ver un zócalo ya casi vacío después del mitin de López Obrador llegué finalmente al Museo José Luis Cuevas. Iba a ver la exposición "Erótica" del pintor en homenaje, creo, a su nueva mujer: Carmen Cuevas.
La exposición consta de dos salas. En la primera hay expuestos óleos de grandes dimensiones donde hay hombres y mujeres cuyas siluetas se entreveran, se hunden una en la otra, como lamiéndose apenas. Uno puede imaginar el suspiro de las pieles, el roce tibio de las manos pero eso está en la imaginación, no en la obra. Hay ahí una cama con sábanas de satín rojo y cabeceras de barrotes de bronce junto con el letrero "No tocar". La cama, sólo gracias a un gran ejercicio de imaginación me puede resultar erótica. Más parece una cama donde ha agonizado mucha gente. ¿Alusión a la muerte chiquita? No lo creo.
La segunda sala está casi al lado de la primera después de pasar las escaleras que conducen al segundo piso. Es una galería pequeña, confortable, medio oscura. El guionista del montaje debió de suponer que eso era erótico. Esta sala presenta varios cuadros de pequeñas dimensiones, apenas de 30 centímetros cuadrados. Son la mayoría pequeños dibujos de felaciones, masturbaciones, besos negros, penetraciones anales, piernas abiertas que muestran vulvas oscuras y resecas, penes erectos de prepucios recogidos que muestran glandes rosados y ciclópeos.
Hay alrededor de treinta cuadros de este tipo. Salvo dos, donde Cuevas ―orgullosamente todos los cuadros muestran a Cuevas al momento del recogimiento―, con una mano acaricia el sexo de la mujer y con la otra aferra la mano femenina mientras mira a los ojos de la amante, el resto son reproducciones baratas, carentes de deseo. Me imaginé esas pequeñas imágenes sexuales que a principios del siglo pasado eran la delicia de onanes voyeuristas y pasaban de mano en mano.
¿Qué es el erotismo? El erotismo es la ansiedad del acto sexual. El erotismo es todo aquello que retarda también el acto sexual y que lo impulsa. Todo lo que le da ansiedad y pospone es bienvenido. Como dice el poema "La espera forma parte de la alegría" de Luis Rosales, poeta español posterior a la generación del 27: "y sé que el corazón hay que reunirlo poco a poco,/ hay que reunirlo prematuramente/ para poder tenerlo todo junto en el momento necesario."
Sólo así es como el erotismo puede crecer, navegar ante esas aguas desesperadas pero que detienen. El erotismo, como el corazón, hay que reunirlo poco a poco, prematuramente para hacerlo explotar en el momento necesario. Cachondeo no es erotismo. La obra erótica de Cuevas son burdas representaciones abstractas donde el erotismo hace mucho que dejó de ser. Recuerdo que contemplaba las imágenes queriendo intentar un momento erótico. Me dije, si me dan ganas de coger esto funciona. Pero yo miraba el cuadro y seguía pensando en el calor que hacía ahí dentro.
El arte es revelación, es descaro también. El arte debe de crear una reacción. Fue algo que no encontré en la obra "Erótica" de Cuevas. Comparé su obra con esas ganas fáciles y efímeras de cuando ves una revista como Maxim o H para hombres. El sexo es efímero pero el erotismo bien hecho nos sigue estremeciendo con el paso de los años. La obra de Cuevas es como eso, como un urgencia, una venida fácil frente al televisor. Y también es mucho dinero perdido porque la ciudad está plagada de publicidad referente a la exposición. Con Cuevas se aplica muy bien un adagio: "lo que eres me distrae de lo que pintas". Cuevas no es erótico. No al menos allí. Al menos allí, como dice el poema de Rosales, no hay nada reunido, no hay un corazón listo para estremecernos, no hay una imagen sugerente que nos desvista.

viernes, abril 22, 2005

En estadio de Ciudad Universitaria

Dice la crónica del diario Récord que el miércoles el destino de los Pumas de la Universidad quedó sellado. Dice que parte de los verdugos fueron Carlos Casartelliy José Carlos Díaz. Argentino y brasileño decidieron antes del primer tiempo el resultado del partido con goles de buena manufactura que se anidaron en la portería unamita.
Eso se vivió en la cancha. En la cancha se peleó buscando el balón. Lozano metía el pie, Joel Morales hacía un sprint para detener a Diego Alonso. Veiga anduvo ordenado y diligente en la media cancha mientras que Leandro de los pumas erraba un pase tras otro. En las bancas Hugo Sánchez hacía rabietas mientras Miguel Herrera con ese look a la rebelde sin causa, se acomodaba el saco mientras recordaba que su hija Michelle cumplía sus diez años en casa.
En la pista de tartán que rodea a la cancha aún se podía ver pasar con la imaginación a Ana Guevara durante el Grand Prix del año pasado pero ahora en lugar de eso pasaban edecanes vestidas con pantalones y blusas entalladas color blanco y mujeres de RedBull con faldas con rombos azules y blancos mientras llevaban al brazo paraguas del mismo color.
Dos mallas con alambrón de puas separan las gradas en el volado de C.U. Separan toda una sección del estadio atrás de la portería sur. Es ahí donde se coloca a las porras visitantes mientras que al centro de las gradas se colocan las porras pumas. La mayor de ella es la Rebel.
Dice la crónica del diario Record que fue ahi, en las gradas de la Rebel donde inició la bronca que salió en todos los medios de comunicación el jueves. Unos simpatizantes de otra porra puma comenzaron a insultar a Ailtón y compañía que dejaban de pelear en el terreno de juego. Les mentaron la madre, se burlaron de ellos y otras cosas de poca monta. La Rebel se encendió.
Yo estaba del otro lado de la malla, en la escasa porra regia. Cristina nos servía cervezas cada quince minutos y un señor nos había vendido cacahuates con chile y limón. Al medio tiempo, mientras en la cancha cuatro sujetos poco combinados y gordos intentaban ganarse premios la Rebel se levantó en armas. Comenzaron los gritos y era como ver un mar con ardentía que supuraba todo su odio en las gradas. Allá a lo lejos unos policias entraron con escudos y macanas pero pronto fueron sometidos. Como un ola de cuerpos con el torso desnudo y cabezas encapuchadas con las playeras pumas la Rebel se dejó venir contra los uniformados. La gente gritaba y un espasmo de adrenalina se disparó en el aire cuando las familias comenzaron a apretarse contra la malla mientras al centro de las gradas seguía la gresca.
Vi el momento donde rompieron varas contra los policias y luego llegó un grito ahogado que dijo: "ya se lo chingaron". del otro lado de la malla los rayados mirábamos atónitos el pleito. Luego vi bien y uno niños estaba apretados contra las mallas protegidos por sus padres. Las manos pequeñas se aferraban al alambre mientras al centro seguía una brincos y gritos, de golpes que hasta nosotros llegaban claros y amenazadores. Luego, en la pista, aparecieron las edecanes mientras llegaban más policias a nuestra porra. Volaron botellas de vidrio que fueron a romperse a los pies de las muchachas que huían rodeadas por elementos de seguridad. Poco a poco la gresca se fue controlando por sí misma mientras estaba por empezar el segundo tiempo. Luego, cuando ambos equipos salieron a la cancha varias familias pumas se cambiaron a nuestra porra, confiados en que ahí estarían más seguros sus hijos. Luego, por la malla aparecieron los dos policias sólo en boxers y playeras blancas bajando golpeados hacia una esquina
Dice la misma crónica del Record que el gol de Jaime Lozano cayó al minuto 49 del partido. Fue un excelente gol. Gonzalo Pineda lanzó un centro y el Jimmy; famoso porque sacó en una final una playera con la frase: "Hecho en C.U.", leyenda que fue luego vendidda, copiada, revendida y puesta con orgullo por muchos pumas, se lanzó de palomita y anotó un excelente gol. Lo que no dice el periódico es que mucho tiempo después de ese gol apenas a dos hileras de donde estabamos sentados unos amigos y yo una mujer regiomontana comenzó a pelearse a palabras con un aficionado puma. Se hicieron de manotazos y la seguridad del estadio se la llevó de inmediato. En ese momento el aficionado fue hasta la malla donde estaban sus compinches y les gritó: Acá hay una regia. El partido allá abajo estaba controlado ya con dos expulsiones pumas y los Rayados se encaminaban a una cómoda victoria. A los minutos cinco nerdentalitos pumas aparecieron. Buscaron a la mujer y al no encontrarla preguntaron al hombre tras la malla:¿Qué hacemos? El otro les respondió: Se la llevaron por aquella puerta, vayan y madreensela. Hubo un silencio tenso y breve: Pero es una mujer, alcanzó a balcucir uno de los nerdentalitos. La respuesta fue helada: No importa, agárrenla. Luego los cinco rebels se fueron tras la mujer.
No sé si la encontraron a pesar de haber salido con prisa tras ella. Toda porra es la imagen de la institución. Las porras son animadas por la institución. Como sus grises y luces, la Universidad Nacional Aútónoma de México es una institución que va a la vanguardia en muchas áreas. Tienen un reactor nuclear en el Instituto de Ciencias, tienen valiosos libros en sus bibliotecas y una red de becas y convencios que ayudan a mucha gente. Es con orgullo entonces que Jimmy Lozano hubiera sacado esa leyenda: "hecho en C.U. Y es también con horror que toda la Rebel porte esas camisas: Hecho en C.U. Yo le agregaría solamente: "Violencia hecha en C.U." Y que todo eso significara las gradas enardecidas, un equipo universitario derrotado en la cancha y tal vez, y espero que no, los gritos de auxilio de una mujer que es golpeada por cinco sujetos en las numerosas tierras de nadie que rodean al estadio de Ciudad Universitaria.

miércoles, abril 20, 2005

Historias de Benedictos

Próspero Lambertini había nacido en una familia de noble ascendencia italiana. Su nombre tal vez nos recuerde o nos haga pensar en un jugador de futbol, de esos extremos habilidosos que suben y bajan por las bandas buscando hacer daño al enemigo pero en 1730 cuando es designado arzobispo de Bolonia el futrbol está lejos siquiera de ser imagino y lejos un arzobispo de ponerse a darle a las patadas. Bolonia por esos tiempos es una ciudad como el resto de la península itálica: pequeña, maloliente y católica. Así, una de las primera preocupaciones de del arzobispo es elevar el nivel intelectual de los sacerdotes sin embargo esto quedó un tanto incluso ya que en 1740 fue elegido Papa con el nombre de Benedicto XIV. A él le debemos que sea el 12 de diciembre cuando se festeje la aparición de la Virgen de Guadalupe.
Fue un papa intelectual, amoroso y que se paseaba por las calles de Roma con singular alegría. Condenó la usura como nadie pero también se vio doblegado por las corrientes políticas que azotaban Europa. Amigo de Volataire, grande como un oso, pintado por Crespi entre otros, el buen Benedicto XIV fue un Papa que no se olvidó en mucho tiempo. Un papa de la Paz.
Giacomo della Chiesa, fue otro miembro de familia noble. A los 21 años ya era doctor en jurisprudencia. En 1907 fue nombrado para ocupar la silla de San Pedro bajo el nombre de Benedicto XV. Con la I guerra mundial encima, Benedicto intentó llevar a la paz a las naciones beligerantes con nulos resultados. Fue él quien canonizó a Juana de Arco, la doncella de Orleáns quien murió quemada en los campos de batalla como muchos de sus paisanos en Verdún y el Somme. Fue un Papa de paz que intentó ayudar a las víctimas de la guerra y promulgó un nuevo derecho canónico que ayudara a fundamentar los cambios que intentaban sacar del pasado a la Iglesia.
Ahora tenemos un nuevo Papa. Joseph Ratzinger militó en las juventudes hitlerianas. Mientras el Papa anterior huía de ellas, Ratzinger se dedicaba a esperar en un puesto antiaéreo la llegada de las tropas aliadas. ¿Mato a alguien por ahi o por equvocación o apegado a su deber? No lo sé. O no se sabe. Lo que sí se sabe de el nuevo Benedicto XVI es que con la venia de Juan Pablo II acabó con el movimiento de la Teología de la liberación y asumió el encargo del Colegio Cadrenalicio en El Vaticano. Para Benedicto XVI el mundo está fragmentado por demasiadas correintes y él desea, al menos por sus escasas palabras, unificarlo en el amor de Dios. Me parece un sueño utópico desde el momento que el Dios que promulga va unido a un mundo conservador y concreto que dista ya mucho de este mundo liberal y relativo. Pero es muy pronto para dedicar quemas para un hombre que espera ser conocido como un Papa de Paz como sus antecesores Benedictos.

martes, abril 19, 2005

XVII

Me dijeron que era feliz
y me alcé en cólera
Destruí lo que a mi
alrededor se construía
y una vez que vi
todo deshecho
que cayeron los huesos
que se petrificó mi saliva
una vez que volví
con ánimo a reconstruir
lo destruído me vino un
dolor de cenizas,
un aire lleno de esperanza
Y me descubrí infeliz
en las ruinas
completamente lleno
a raz de agua, hinchado de nada.

lunes, abril 18, 2005

Primera aproximación a la lucha libre

Sagrado es un luchador alto, el cuerpo bien trabajado en el gimnasio. Cuando el anunciador lo presenta dice que su profesión es exorcizar a los rudos con tus técnicas divinas. Sagrado viste con una túnica blanca por la que asoman las botas negras y con ribetes plateados. Su máscara es negra con una cruz visigoda que baja de la frente, extiende sus maderos a la altura de los ojos y termina por enterrarse en el mentón. Lo acompañan Rey Misterio Junior y La Máscara. Frente a ellos tienen a Máscara Azteca, Loco Max y Alan Stone.
En un momento de la lucha Sagrado recibe unas patadas voladoras que lo cimbran en la lona y lanza un quejido que se va elevando hasta nosotros a pesar de los gritos que ciñen el ánimo de la arena México. Entonces, como si fuera un sentimiento que rompe sus límites, como una desesperación que se desgaja en gritos, una impotencia que se libera, el público comienza a gritar: ¡Sa-gra-do! ¡Sa-gra-do! ¡Sa-gra-do! Y en el cuadrilátero Sagrado alcanza a mover la mano, se incorpora con lentitud alentado por la batahola de aplausos, silbidos y mentadas de madre a Máscara Azteca y comienza a dar pelea. Lo mismo levanta por los aire al Loco Max que agarra a patadas a Máscara Azteca. Le clava unas patadas en las rodillas a uno que le aplica una quebradora al otro. En movimientos rápidos lanza a uno contra las cuerdas y cuando éste regresa lo recibe con una zancadilla. Los espectadores aúllan de la emoción al ver el ir y venir de los rudos y los poderosos golpes de Sagrado. Pero justo cuando la victoria es más cercana aparece Alan Stone, ataca por la espalda a Sagrado mientras que La Máscara y Rey Misterio junior son sometidos por los demás. Sagrado pierde después de las tres palmadas y llega un ¡Uuuuuuuhhh! que desciende de las gradas provocando en el público una reacción que lo anima a mentar la madre, rocíar cerveza, lanzar palomitas al ring.
El luchador es así, vale más bien, en tanto es capaz de hacer reaccionar al público. El carisma natural, como para todo en la vida, cuenta. Sin embargo en la lucha libre la mejor actuación, el mejor carisma la dan los golpes. Y cuando los golpes se convierten en llaves y contrallaves se vuelven arte. Las llaves son esa capacidad para dañar no con tu fuerza sino con la del otro. El luchador debe de ser ágil de cuerpo y mente para convertir un manotazo en una casita o unas patadas voladoras en un volantín o una pasada por lo alto en una desnucadora. La lucha libre es un lugar donde la imaginación está también latente. Mitad teatro, mitad realidad, la lucha libre sigue prometiendo al espectador una gran dosis de misterio que tiene más que ver con el desarrollo de la lucha que con las máscaras. Uno sabe ya el guión de la lucha pero no necesariamente va a ocurrir.
Cada lucha libre es una variación de la misma historia. Asistimos como espectadores a un cuento contado una y otra vez pero ¡ah!, siempre contado de la misma manera. ¿Y cómo accedemos a esta historia? Como en todas las demás artes: involucrándonos. En la lucha libre es necesario tomar un bando. La indiferencia es peligrosa. Hay que ver al luchador como héroe o como villano y reaccionar ante él, ante su carisma y sus dotes como gladiador. ¿Dónde nace el principio de la admiración al luchador? En el momento donde sabes que si a ti te dieran un golpe como esos tardarías mucho en levantarte.
Recuerdo aquella primera temporada grande de El Vampiro canadiense en la México. Al igual que en el baile donde se necesita soltarse para disfrutarlo, arriba del cuadrilátero se necesita se necesitar andar leve para ir y venir con decisión. En ese entonces ver luchar al Vampiro era como ver un tronco recién cortado por los leñadores: pesado, sin vida. Al Vampiro lo golpeaban, lo zarandeaban, lo dejaban caer de la tercera cuerda, le aplicaban desnucadoras pero... ¡Ah! que el Vampiro no sonriera al público porque empezaba su remontada aunque no supiera luchar nada de nada. Ahí estaba la reacción. Luego aprendió a luchar un poco más, afortunadamente.
El luchador para provocar una reacción debe primero provocar empatía. Los técnicos se ganan al público con su andar feliz, con tomarse fotos con los niños pero sobre todo por respetar la regla del uno contra uno. Los luchadores rudos se ganan al público mediante el escándalo. Lo ganan mediante el odio, que también es una forma de querer. Si el luchador no provoca no funciona. Puede ser un gran gladiador pero si es como una esponja sin chiste así va a pasar a la historia.
El ejemplo más claro es el de Rodolfo Guzmán Huerta quien debutó en los cuadriláteros en 1934, pero su leyenda comenzó a tejerse el 26 de julio de 1942 en la legendaria Arena México. Aquella noche el luchador que había empezado con luchando bajo los motes de Hombre Rojo, Enmascarado, Murciélago II y Demonio Negro, aparecía con una nueva y albo traje, debajo de una brillante máscara plateada. Había nacido Santo, el Enmascarado de Plata. Ya estaba entonces ahí una reacción sólo con el nombre y la indumentaria que con los años ha ido cambiando hasta ser la hermosa máscara de El Hijo del Santo, igual con el Hijo de Blue Demón. Pero el enmascarado de Plata no logró el éxito sino mucho después cuando sus dotes como luchador quedaron demostradas. Curiosamente, la noche que logró la inmortalidad fue aquella cuando desenmascaró a Black Shadow y al momento de pasar a la historia, curiosamente lanzó a la historia al otro ídolo de la lucha libre mexicana: Blue Demon.
Luchadores. Eres, te presentas, luchas pero cuenta mucho cómo te presentas. La semiótica de la lucha libre se establece con la conjunción de todos estos elementos que tienen como fin la provocación. Si el luchador hace que te levantes de la butaca ha merecido la noche. Se es también en la importancia de las llaves, los vuelos y contrallaves. No cualquiera compone al aire una “campana”, una “ranita”, el “cristo invertido” o la “casita”.
¿Qué es lo que emociona el corazón en un combate? Una buena presentación, un vuelo desde la tercera cuerda, un llaveo y contrallaveo inteligente, una patada voladora pero por sobre todo una llave que no pensabas ver. Cuando un luchador te sorprende con su técnica te conviertes en fan. Ya antes le has dado tu empatía. Ahora, al verlo luchar, te conviertes en su fan, te levantas de la butaca. Y cuando se presenta la piel se eriza y tienes los ojos atentos a verlo avanzar por el ring y cuando alza la mano gritas: ¡Mís-ti-co! ¡Mis-tico! ¡Mis-tico! o ¡Negro! ¡Negro! ¡Negro! Entonces compras su máscara y lo sigues y te tomas fotos con él. Repito: el principio de la admiración al luchador parte de la certeza de que si tú recibieras un golpe como esos no te levantas en un buen rato.
Es por ello que a pesar de la derrota del Sagrado esa noche apenas alzó las manos para despedirse el público de la Arena México se le entregó. El Sagrado conjuga reacción, técnic, coraje, misterio y admiración. El público que asiste a las arenas no le importa si todo es arreglado o si es ficción lo que ve. (Como si leyera la novela de un mundo feliz o de un hombre que no oye ladrar los perros).Existe sí, el razonamiento previo sobre lo que verá pero siempre termina ganando el corazón y el frenesí. Y es el corazón, la ingenua felicidad que te hace gritar: ¡Sa-gra-do! ¡Sa-gra-do! ¡Sa-gra-do! y sentir que tus gritos y silbidos algo de fuerza le dan a tu ídolo y lo hace levantarse de la lona a dar patadas, llaves. Uno sueña entonces que si es una noche afortunada, tus gritos pueden llevar a tu luchador al triunfo.

viernes, abril 15, 2005

Número romano

Hoy me extendí sobre la cama. Lentamente me fui quedando desnudo. Me pareció entonces que mi cuerpo era una maquinaria perfecta. Oía mis latidos, sentía el suave rubor de la sangre. Mis rodillas obedecieron al acto, la palma de mi mano se abrió y se cerró a mi voluntad. Entonces ahí, callado, tibias mis articulaciones, mis nervios en compás de espera pensé en la mujer que amo, en los hijos que no tengo, en los amigos que a un lado mío departen sus barajas de felicidad y de tristeza y sólo entonces maldije mi muerte tres veces. Muerte mía que desaparecerá mi cuerpo, que no me dejará ni siquiera una pizca del recuerdo de la mujer que aparece en mis ojos, de los amigos con quienes brindo. Muerte esta tan personalizada. Tan vasta.

jueves, abril 14, 2005

Fabian Cavazos, fotógrafo

Resulta curioso la forma como la gente recuerda. A veces los olores nos llevan a sitios dejados atrás y aromas nos remiten a personas. Hay veces que incluso, el sabor de besos nos confunde en madrugadas que deberían confundirnos. Son pocas las personas que recuerdan por la sinestesia. Sin embargo, la mayoría recordamos por las imágenes.
Conocí a Fabian Cavazos cuando cursábamos la prepatoria y tengo de él la imagen de un bato delgado, botas negras de suelas anchas, pelo despeinado y cámara en mano. Nuestra prepa era pequeña y más parecía secundaria. Había un llano al frente ante el cual se extendieron por primera vez mis palabras (con los resultados que sean) y donde Fabian inició, imagino, en algún momento, esa visión fotográfica de las cosas: esa caza de las imágenes.
La fotografía llegó a él no sé si como impulso o como sed, pero llegó. Armado con nokias y polaroids, Fabian atrpó las imágenes de una juventud aletargada y en paz pero iniciada ya en la indiferencia. Era el ampuloso año de 1994 con el levantamiento en Chiapas y la muerte de Colosio y Ruiz Massie. A veces he podido ver los registros de ese tiempo y me digo con gusto que son buenas imágenes: tal vez las únicas y necesarias de guardar.
Luego, como suele ocurrirm le perdí la pista y cuando lo volví a encontrar seguía con la cámara en mano y el lente afinado. Como todo el que emprende un camino, capturar la técnica no ha sido fácil para Fabian. Empezó tomando fotografías de compañeras de trabajo y ahorita va obteniendo el Premio del Público en la Salón de fotografia de la Cineteca N.L. del año pasado. La fotografía es, además, la portada del libro "La noche de la iguana" de Héctor Alvarado, libro que obtuvo el Premio Nuevo León de literatura (novela) en el 2003.
Esta pequeña carta de introducción es así, un pequeño cumplido para un fotógrafo que logra con la imagen arrebatarle al tiempo su voluntad de envejecerlo todo. Es un pequeño cumplido para un fotógrafo antes que nada, amigo mío.
Para conocerlo sólo hagan clic en la siguiente liga.
www.fcavazos.blogspot.com
Antonio Ramos

lunes, abril 11, 2005

La estrella de Clark

¿Ves esas estrellas? le preguntó el padre al hijo y le cedió el lugar en el ojo del telescopio. Esas tres estrellas que brillan más que todas son el cinturón de Orión. Orión era un gran cazador y tenía dos perros que siempre lo acompañaban. Y entonces el niño dejó de ver por el telescopio y siguió con la mirada el dedo de su padre que dibujaba a un hombre y a dos perros entre el laberinto de estrellas. El can mayor, le dijo el hombre, sale siempre antes que el cazador y lo sigue y el can menor lo aguarda. El padre siguió hablando entonces de las estrellas y que en el cielo podían formarse, si se quisiera, las imágenes de toda una generación. Le habló entonces de la importancia de los luceros porque durante mucho tiempo fueron la guía de los marinos que peleaban contra el extravío en los mares desconocidos. También para el amor eran importantes porque toda estrella era digna de ser regalada a una mujer, pero no todas las mujeres eran dignas de recibir una estrella. El padre guardó silencio y cuando vio al niño le preguntó: ¿Quieres ver otras? Entonces el niño reaccionó y le dijo: Me gusta cómo hablas. Y entonces el hombre comprendió que el niño no había mirado en ningún momento las estrellas.

viernes, abril 08, 2005

La blogaridad

La blogaridad


El internet es la nueva América descubierta. Así como los antiguos llegaron con sus pesados galeones y al pisar tierra se hincaron y enarbolaron los estandartes de la fe y de la reyna para que los nuevos aires las desplegaran con sus gloriosas heráldicas, así ahora nosotros, los internautas, llegamos a la pantalla y tecleamos nuestras triple heráldica, nuestro www.instintocontagioso.blogspot.com.
De la misma manera como al principio sólo las grandes coronas europeas podían financiar los grandes viajes transoceánicos, ―en ese mar desconocido poblado de leviatanes, krakes y serpientes marinas― al principio sólo las grandes trasnacionales, las universidades con servidores poderosos y los gobiernos, eran los únicos capaces de subir a la red las normas de sus misiones y visiones. Así se fue conquistando la red, primero con los poderosos, después por los aventureros.
La internet, lo mismo que el mar, se pobló después de los poderosos por los aventureros que fueron poblando y descubriendo un mundo nuevo. Y así como el mar es una extensión de nuestras vidas, la internet es una extensión de nuestros nuevos y siempre viejos dolores. ¿Quién fue la primer persona que mandó un mail informándole a otro sobre la fiesta a la que pensaba ir el fin de semana o contándole el chisme en turno? No lo sé. ¿Quién fue la primer mujer que cortó a un hombre por mail? Tampoco lo sé.
La o El internet es una variante, una capacidad exclusiva de la curiosidad. Todo cabe en ella como en el aleph de Borges. Sus límites no son definidos y da la impresión de que siempre se está expandiendo como el universo. Pero incluso ahí, donde existe un todo que se multiplica constantemente, hemos logrado confinar fronteras, delimitar puestos de vigías, sitios en los que navegamos a gusto, seguros en sus límites. Hemos puesto en el internet todos nuestros vicios y nuestras virtudes. ¿Quién fue el primer hombre asesinado en el nuevo mundo? No lo sé ¿Quién fue la primer mujer en América que abrió las puertas de su casa para que un hombre entrara? Tampoco lo sé.
Así, como muchos, yo tengo mi pequeña parcela después de navegar por tanto y ancho mar electrónico. Como a muchos, tal vez, no me importa quiénes hayan hecho ese viaje inaugural. ¿Quién fue la primer persona que subió a su blog el poema o el ensayo escrito ese día? No lo sé. ¿Quién fue la primer persona que escribió en su blog sobre como le había ido en su primer día de trabajo en la oficina o la forma miserable como había sido esa tarde? Tampoco lo sé. Así como Caín levantó la quijada de burro para asesinar a su hermano, ¿quién fue el primero en poner un comentario irónico u ofensivo contra alguien en un post?
El blog y el internet son también la medida del hombre. Todo lo bueno y todo lo malo, todo lo perverso y todo lo sublime están ahí. El blog ha puesto al alcance de todos la botella para lanzar su mensaje a ese mar que ya no es surcado por los pesados galeones, ni por los grandes trasatlánticos. El mensaje dice: “estoy aquí, conóceme, esta es mi tierra. Leerás conmigo cosas sorprendentes. Bienvenidos aquí los dragones y las ficheras. Bienvenidos aquí los tratantes de blancas y los de espíritu recto. Esta es mi parcela en tanto mundo nuevo”. Y la botella sale al mar y un día cualquiera, alguien teclea, no lo sé, www.lechuzadelosmares.blogspot.com. El contacto se hace. El descubrimiento entonces, está en marcha.

XIV

Hoy me levanté y
oré al Señor
salí del cuarto
me bañé
fui a la cocina
donde aún
quedaban
restos de
la víspera
y apenas en
a la sala
abrí las
persianas
mi pensamiento
huyó
corriendo
a ti.

miércoles, abril 06, 2005

XIII

Como fruta llegaste
y mis dedos desgarraron
desgarrándote
piel, cáscara cayeron
un baile de néctar
un zumo de saliva
y cuando llegué a tu hueso
¡ay! gritaste y mis dedos
se comprimieron
y aquello fue un fuego
de semillas desbaratándose
desbaratándome.

lunes, abril 04, 2005

Variaciones sobre un mismo Papa

1

Publica el diario deportivo Récord el sábado 2 de abril un especial del Juan Pablo II. El especial está avocado a las interacciones entre el Papa y el deporte. Las fotos muestra a Su Santidad (apelativo con el que se le dice también en el mundo católico) junto a un modelo a escala de un Ferrari con el que Michael Shumacher gano su quinto campeonato mundial y Ferrari el campeonato de cronstructores. Se ve un Papa ya agobiado por un cansancio que imagino se le fue llenando de polvo desde el momento cuando regaló su primer sonrisa mundo desde el balcón del Palacio Apostólico hasta convertirse en ese polvo que ahora ya es y seremos todos. Juan Pablo II con ese tipo de gestos le dijo al mundo que además de Papa era un hombre al que todos se le podían acercar. Y al hacerse hombre, creo, dio inicio a un papado que mantendrá su nombre durante siglos.

2.

¿Qué somos los hombres más que un puñado de polvo y recuerdos? Como un reguero de sangre y nervios somos. Todo nos acontece, todo nos duele. Publica el mismo diario Récord varias fotografías del Papa durante su juventud. A mi no me interesa verlo con sus vestimentas papales, su cruz dorada y el sello de oro, esos carcajs que también lo alejan de toda la humildad que predicó Cristo a su iglesia. Del Papa me quedo con una imagen donde se le ve joven, con una capucha de algodón en la cabeza, lentes de marco negro, guantes de lana, cuerpo esmirriado y esquis en los pies. A su alrededor un paraje nevado no lo amilana. Qué recuerdo de nieve tuvo el Papa en su agonía no lo sé. Qué polvo de esos días guardaba aún en su botines lo ignoro.

3.

Fui a la avenida Aviación Federal porque me dijeron que por ahí iba a pasar el Papa. No soy católico pero eso no evita que pueda ver con admiración a un hombre que trajo esperanza a muchos sin ella. Cuando llegué una multitud de ancianas y niños, de mujeres con infantes al brazo y de vendedores de esquites, paletas y rosarios hacía valla sobre los alrededores de la avenida. Boulevard Puerto Áereo estaba copado por trolebuses y microbuseros. La gente nutría las calles. Por acá pasaba el vendedor de mangos cuya esposa vendía el rosario de los cinco continentes. La religión también es comercio. Me aposté en el paso a desnivel de Boulevard y Aviación federal. Cada cinco minutos el cielo se llenaba del estruendo con la llegada y la partida de los aviones en el aeropuerto Benito Juárez (curioso que el Papa partiera de México desde el aeropuerto con el nombre de un acérrimo rival de la Iglesia Católica). A lo lejos, bajo ese sol tibio, volaban los helicópteros. Una mujer dijo atrás de mi, por allá anda el Papa. Luego, abajo, pasaban coches con guardias de seguridad y cada diez minutos llegaban camiones del ejército a dejar soldados para hacer las vallas. Antes de que el Papa cruzara frente a nosotros pasaron motos de tránsito y después un autobús con dignatarios vaticanos. Luego el aire se fue haciendo festivo. Allá venía el papamóvil. Una viejita se metió a empujones a un lado mío y extendió un rosario comprado momentos atrás. Dijo, ya ni lo veo, pero que cuando pase bendiga mi crucifijo. Arriba los helicópteros se fueron acercando y la gente agitaba sus banderas blanquiamarillas. Luego la guardia se puso en firmes y el papamóvil pasó a paso medio lento por Avenida Aviación Federal. Vi al Papa. Iba sentado y lo imaginé cansando, fastidiado. Su joroba lo inclinaba hacia un lado del asiento. No alzó la mano en ningún momento. Apenas pasó el papamóvil los bordes de gente se colapsaron y se unieron en medio de la avenida como las aguas del Mar Rojo y todos seguimos al Papa en un estruendo de gritos y correr salvaje. Llegamos hasta la malla del aeropuerto y ahí nos quedamos como huérfanos, detenidas las manos en los rombos de la malla. No tardaron en llegar más vendedores de rosarios, de libros de oración, vendedores de tlayudas y sopes. La gente aguardaba encima de los cofres de las camionetas. Allá adentro, el Papa era despedido por Vicente Fox y recuerdo que López Obrador estaba también ahí. Cuando el avión partió, como un toque de corneta, la gente se fue disgregando entre las calles, movilizándose con lentitud, satisfecha la fe, redondo el estómago, cansada la frente después de estar, mucho, más de cuatro horas de pie esperando al Papa que nunca más volvería.

4

El Papa se vendió bien ayer domingo. Voy a Álvaro Obregón a comprar libros. Llego a un puesto donde venden artículos religiosos. Una muchacha se levanta en ese momento y pasa al frente dos platos con la efigie de Karol Wojtyla. Pone atrás, donde estaban los platos, dos imágenes de la Virgen de Guadalupe. Es que hoy todo lo del Papa se está vendiendo muy bien, me dice cuando le pregunto por qué lo hizo. ¿Quiere uno? me pregunta esperanzada. No gracias, le digo, ya traigo muchas cosas.

5.

No hay nada del Papa dentro de la tienda Sears frente al Palacio de Bellas Artes. La gente mira los pantalones, en la sección de perfumería una mujer de vestido verde y zapatos de tacón puntiagudo extiende la mano y la despachadora acerca mecánicamente el perfume y rocía la muñeca de la mujer. Huele muy rico, dice cuando paso. Y sí, huele muy rico.

6.

Oye, ¿No dijeron nada del Papa en Amistad Cristiana?, le pregunto a una amiga. Ella pone cara de enojo. No teníamos qué decir nada del Papa ahí, ni al caso. Somos cristianos. Ni al caso. Bueno, sí, le digo. Pero el Papa era una figura mundial, impulsor de la paz, casi quitó él el comunismo de Polonia y el mundo. Sin su primer visita a Polonia el movimiento Solidaridad de Lech Walesa no habría triunfado. Además, el simple hecho del llanto o conmoción de más de 1,000,000 de católicos en el mundo debe de servir de algo, ¿no lo crees? Mi amiga niega con la cabeza y su enojo es innegable. Él ni al caso en Amistad. Yo me quedo pensando. Es tan solo una vida... ¿no merece silencio al menos una vida, ya sea del Papa o del señor que vende chicharrones afuera de la esquina? La diferencia es que Papa tiene amor automático. Al de la esquina ni su esposa lo puede querer, creo.

7.

Imagino entonces que fue muy genuino tanto amor dado sin importar la fe. Imagino que fueron genuinos los mails donde se me pedía orar por el Papa.

8.

Hoy se ha vendido bien el periódico, me dice el despachador. Ahorita le traigo su periódico. Me quedo así, esperando. Entonces leo el diario La Crónica del domingo 3 de abril. He andado casi todo el día de un lado a otro desde las 10 de la mañana y he caminado tanto y a pesar de eso todos mis nervios se despiertan cuando leo lo siguiente: “Dice Obrador: “Todo mundo está hable y hable del Papa y de que se fue. Ya estoy harto, porque no hablan del desafuero que me quieren hacer”. Abro el periódico y sigo con la nota. AMLO dijo eso. Puedo imaginar perfectamente la soberbia del tabasqueño. En un mundo donde el corazón y la otredad desaparecen me dan ganas de irme a la catedral y de perdido, gritar que nadie vote por AMLO. Vuelvo a ver el despachador y le digo: “Ya leyó lo que dice este sujeto; que quiere más atención”. Entonces el despachador se pasa aire con una gerga y dice que es terrible todo, que AMLO es peor que Chávez y me cuenta que con AMLO todos pierden. La gente en realidad no se informa, me dice. Y los que se informan se informan a medias. La ley es la Ley. Así compro el periódico y bajo al metro. El Papa debe de ser enterrado entre el sexto y el octavo día de su muerte, dicen las reglas vaticanas. Después se pondrá al público. Así se vuelve un hombre, objeto de una maquinaria. El Papa no tendrá una muerte simple y en paz como probablemente la habría tenido de haberse quedado simplemente como párroco en la fría Polonia, vestido con su gorra para el frío, los lentes, los guantes de lana y los esquís a los pies mientras esquía en una apacible mañana de invierno y el futuro le queda lejos, bastante lejos.

viernes, abril 01, 2005

Murmuraciones

Ha muerto el Papa
dicen
Matan a las focas
dicen
Un terremoto mató
dicen
más de mil personas
Y yo estoy aqui
digo
lleno de tu ausencia
Y yo estoy aqui
digo
esperando que vuelvas