miércoles, agosto 27, 2008

Esa cosa llamada el arte

Ayer salí tarde de la editorial y abordé el metro. En el andén, apretados en el pequeño pasillo de la estación, una pareja joven, no más de 17 años, se encontró con un par de chicas de la misma edad. Se abrazaron y saludaron efusivamente.
-¿De dónde vienen?
-De San Ildefonso, de ver la muestra.
-Está fabulosa, ¿verdad?
-es sumamente recomendable.
Y una tercera chica asintió e insistió.
-es sumamente recomendable.
El arte, qué caray.
Qué hermoso y simplemente hermoso cuando se ve en lo íntimo y se disfruta en silencio y no se usa como propaganda personal, política o mafiosa.

domingo, agosto 24, 2008

Cinco libros de Jus

Me gustaría tener las portadas aquí en casa para mostrárselas. Quedaron muy bonitas. Jus acaba de sacar cinco libros de literatura dentro de su colección de Contemporáneos. Son cinco libros fabulosos, cada uno con su bien delimitado universo. Lo mejor es que creo que nos han quedado bonitos. Y digo "nos" porque el proceso de edición es un proceso compartido, distribuido y compensado con la ayuda y las ideas de los demás.
Mis primeros cinco libros en Jus son:
Los diablos de Teresa, de la periodista de La Jornada, Gabriela Fonseca. Son cuentos de corte fantástico que rondan también el tono nostálgico o una acidez inusual. Una chica se lamenta del olor de su primer amante, porque no le recuerda en nada al aroma de su primer amor, una joven se acuesta protegida por diablos de papel que la cuidan de sus pesadillas y una chica decide hacer un hombrecillo mediante una rara pócima. Estos son sólo algunos de los cuentos en Los diablos de Teresa.
Erótika, de Patricia de Souza, es un libro que aborda, la sexualidad desde el punto de vista femenino. Mujeres que se reconocen y son mediante su erotismo o bien, a pesar de él, hacen de este libro un heredero directo de Pajaritos, de Anaís Nin. Además, Patricia es una autora muy conocida en Sudamérica y España, columnista invitada en El País.
El libro perdido de Heinrich Böll, de Liliana V. Blum es un interesante libro sobre la perdida. Mediante un libro que pasa de mano en mano entramos a la vida de seis mujeres con sus respectivos dolores, frustraciones y desesperanzas. Una chica no quiere visitar a su madre en un sanatorio mental, una mujer recuerda la muerte de su hijo, provocada casi indirectamente por ella y una mujer anhela la vida que dejó en México y la hija con quien no tiene relación algunas son algunas de las historias de este singular y excelente libro.
El crimen de la calle Aramberri, de Hugo Valdés, narra con un estilo de "novela real" que impusiera Capote hace mucho años, el asesinato de dos mujeres en Monterrey, en 1933. Sólo una pista puede dar con los asesinos y es un camino de sangre que sale de la casa hasta una carnicería. El crimen de la calle Aramberri es un libro totémico en Monterrey, pero que por primera vez se publica para una edición nacional. Casi como homenaje, esta edición viene con un mapa de Monterrey de 1933 y con las portadas de los periódicos que dieron la noticia en Monterrey.
Alguien tiene que perder, de César Gándara cuenta dos historias. La vida de un ingeniero industrial que después de leer el Quijote decide volverse escritor y las peripecias de los inmigrantes en España. La primer historia es en realidad, un velado homenaje a las vidas de diversos escritores regiomontanos, un cuento de síntesis donde la leyenda literaria de varios se conjuga para darle vida a un escritor ficticio: David Reynosa. La siguiente historia retrata mediante mails la vida de los inmigrantes en España, sus miedos, el racismo con el que se vive en la madre patria contra los latinoamericanos, africanos y árabes.
Todos estos libros ya se encuentran en librerías y pronto, muy pronto, viene otra de las novedades en mi colección. Diario de las especies, de la chilena Claudia Apablaza, Contrataciones de Manuel Parra Aguilar y Pasajeros, de Josué Barrera. Todos son parte de la apuesta de Jus por los escritores jóvenes y no tanto.

jueves, agosto 21, 2008

Mis diez escritores mexicanos que recuerdo con cariño.

Acabo de leer una breve nota periodística donde los ingleses seleccionaron o nombraron a los escritores que recuerdan con más cariño, no que sean los mejores según la crítica, no que tengan las loas de los académicos, no... simplemente, los escritores que recuerdan con cariño. Y, como las listas me gustan siempre y cuando no seanen antologías donde no me antologaron (ouch), diré mis diez mejores escritores cuyas obras recuerdo con cariño.


1..- Rulfo. ¿Por qué? Bueno, antes de saber si quiera quien era Rulfo (oh, sí, ignorante que soy, hubo un tiempo que no lo supe) me encontré su libro, una preciosa edición hecha por el FCE, en una librería de viejo. Venía con un amigo de comprar pantalones de mezclilla en la Pulga Río y vi el libro, blanco, limpio, casi nuevo, afuera de la librería Atenas o Atenea. Pagué 40 pesos por él. Hacía frío, era diciembre, la ciudad bullía de una navidad poco empalagosa. Empecé mi lectura con El gallo de Oro y no paré hasta ese primer cuento de Nos han dado la tierra. Me sentí orgulloso de comprar un buen libro, sin duda.
2.- Alfaguara publicó hace tiempo, siente novelas breves de Juan García Ponce. No recuerdo su nombre, pero yo estaba recién desempacado en el D.F. y quien me vendió el libro después se convertiría en una buena amiga. Me sentí cobijado en una ciudad desconocida mientras leía aquellas novela en el Wings de Alvaro Obregón y Cuauhtemoc.
3.- Aquí sale, en este momento, Batallas en el desierto, de Pacheco. Devoré aquella novelita de golpe y la sigo recordando con cariño. No he leído más cosas de Pacheco, me declaro culpable.
4.- Fue un gran descubrimiento la obra de Rafael Bernal. A mucha gente no le gusta porque no tiene la altura de (ponga su escritor preferido aquí), pero sencillamente El Complot Mongol y Gente de Mar son dos obras de autores mexicanos que he disfrutado singularmente. Uno lo leí en una edición casi industrial de Planeta y el otro lo subí a la red del ILCE. Fueron las horas de trabajo mejor pagadas.
5.- No me gana el afecto al decir que Estación Tula fue una obra que disfruté, sentado en un´sillón, en casa de un amigo, hace mucho, mucho tiempo, cuando ni siquiera pensaba que sería amigo de DT. Sentía la obra tan próxima, un Monterrey tan cercano que devoré la novela en un santiamén.
6.- Sin duda, leer Salón de Belleza de Mario Bellatín fue una experiencia. Aquella atmósfera densa, aquellos personajes (hacía calor en Monterrey y acababa de comprar el libro en la FIL de Monterrey, 15 pesos me costó), me enseñaron otro tipo de acercarme a la obra de este escritor. después, Sinji Nagaoka, naríz de una ficción me gustó mucho (lo compré el mismo día que las novelas de Juan García Ponce). Debo decir que me robé Instrucciones para una liebre muerta, pero, aún no la leo.
7.- Si hay libros que me dan coraje son los de Parra. Coraje porque me hubiera gustado escribir más de uno de los cuentos que vienen en Tierra de nadie. Hay gente que no da ni un centavo por la obra de Parra, pero eso no importa. Leí Tierra de nadie en casa, una tarde de sábado. Hacía mucho calor y recordaba al amigo que se había ido a la ciudad de México. De todos los cuentos, El cristo de San Buenventura es el que más coraje me da.
8.- Cómo me gusta la oración del 9 de febrero y Parentalia, de Reyes, y aunque aparece en el lugar número ocho no significa que esté en el número ocho. Ahí está un español que aún me sacude los nervios por su forma prístina y dócil que al mismo tiempo seduce y enrabia.
9.- Seré sucinto porque esto puede acarrearme desprestigio por siempre, pero me gustó Cambio de piel de Carlos Fuentes. Ya lo dije, pero hagan de cuenta que no lo dije. ¿Me perdonan?
10.- Sor Juana es muy padre, sin duda, pero creo que obstaculiza el brillo de Góngora, su maestro. Sus viajes de barlovento son estupendos. Al leerlos era como descubrir oh, un gran mundo y ver un español que estaba ahí, vivo, ripioso pero vigorizante.

lunes, agosto 18, 2008

Novelas por encargo

Wasser en Alemania ya lo hace. Así que por este medio, pongo mis servicios como escritor a quien desee escribir alguna aventura de su vida o una historia inéditadonde sea el protagonista.

Los precios son los siguientes:

Novela breve de 50 páginas: 2,500 pesos.
Cuento de no más de 5 páginas, 300 pesos.

Requisitos:
Nombre de quien se desee sea el protagonista.
Información familiar o personal que desee incluir en su historia: nombres de esposas, novias, esposos, novios, hijos, abuelos, etcétera.
Información relevante para la trama, en caso de que sea una historia basada en la vida real.
Tipo de novela: romántica, policiaco, ciencia ficción, realista.

La obra se entregará en un ejemplar encuadernado. Si se desea ejemplares de más, cada uno de estos tendrá un costo de 300 pesos. La obra se entregará en un máximo de dos semanas.

Mayores informes a kozameh@gmail.com

jueves, agosto 07, 2008

Estas horas inciertas cuando no estás en casa.
Para O

Confesión

Hay una cosa que en realidad sólo puedo ofrecer: mi amistad y la hospitalidad de mi casa. Todo lo demás que se quede afuera.

miércoles, agosto 06, 2008

Me encantan el metro cuando tiene un aroma que no sabes de dónde salió: si huele a cebollas pasadas, a axilas frescas, al sudor de cráneo o bien a vómito o perfume barato en excesivas cantidades. Grenouille, el personaje de El Perfume, estaría fascinado con tan sólo hacer la ruta Zócalo San Cosme. Oh sí, estaría fascinado.

lunes, agosto 04, 2008

En la crítica literaria no exista tal cosa llamada democracia. Acaso, existe la visión unipartidista de lo literario o lo que los demás han denominado como lo literario. Partido de una sola dirección, la crítica, al igual que los electores y los candidatos, se venden o validan al mejor postor. Unos a cambio de unos pesos y la torta gritan consigas como: "Lo importante es la experimentación", "Lo importante es ser modernos", "lo importa es no contar" etcétera. Otros se venden a cambio de mejores prebendas. Pero que no me digan que la crítica es honesta con lo literario. Siempre se intenta atraer agua al molino. Siempre somos pozos sin fondo, gargantas sedientas del poder que dan las palabras.