viernes, febrero 24, 2006

Cómo se transforma el rostro
de la mujer amada con el tiempo.
Ni un guiño queda,
ni un contorno de la mejilla
se parece el de hoy al que antes
nos arrancó los primeros golpes.
Queda como pendiente
cierto dolor en los ijares
por tanto amor cambiado
tanto rostro
de amor desconocido.