lunes, abril 21, 2008

Antes de leer

Acabo de leer El Husar, de Eduardo Casar. Me gustó mucho. El libro entra de lleno al ámbito del juego con el lenguaje. La historia es simpática. Un Husar se embaraza ¿del lenguaje? ¿de sí mismo? ¿de la nada? y durante esos nueve meses tiene un contacto con cosas instrascendentes y trascendentes, en una historia que es al mismo tiempo una ausencia de historia. Esta novela es un total bullyng, un acoso con los juegos verbales. Es una edición vieja. Pronto saldrá la nueva, sin duda.
Antes de El Husar, leí La guerra enana en el jardín, de Ricardo Chávez Castañeda. El libro tiene muchos aciertos. Retrata con familiaridad una etapa, pero sobre todo, una etapa moral. Los personajes descubren con una inocencia que raya en la inverosimilitud la violencia, el amor, los juegos sexuales, incluso, la literatura. Son cuentos cortantes, veloces, cuya anécdocta parte como rayo y a la par, cuentos lentos, con devaneos, largos como a morir. Me llamaron la atención Contrafuga a 60 kilómetros por hora y la historia de una anodina pareja de intelectuales que le abren la puerta de su casa a un extraño.
Antes de El Husar y La guerra enana en el jardín, me leí El orden infinito de Rodolfo Naró. ¿Qué se puede decir de una primera novela? Mucho, cuando la novela mantiene una claridad y una limpieza con las frases. Mucho, cuando una novela se centra a contar la historia. La novela trata sobre la historia de Analco y la Nina Ramos, una mujer que al estilo de Páramo ejercer el poder sobre la población. Sí, es una novela que otorga muchos puentes con la obra de Rulfo y de García Márquez. A mí, me encantaron muchos fragmentos como la narración de la batalla de Celaya y el retrato íntimo de una región que aunque mágica, no deja de ser real.
Antes de El Husar y La guerra enana en el jardín y El orden infinito, me leí, sí, El castillo de Cristal de Jeannette Walls. Autobiográfica, la novela es una épica de la pobreza, el desorden y la desesperanza del sueño americano. Es una novela que me hizo reír, que me hizo cómplice de los personajes. La pequela Jeannette cuenta la historia de su familia y su deambular por pueblos fantasmas, ciudades en la llanura y somnolientas poblaciones carboneras en los Estados Unidos. Hay una pizca de magia en la forma como evaden su realidad.
Antes de todo eso, vi Los Simpson. Qué buen capítulo Los Simpson. Sin duda alguna.