Sin duda, una de las novelas más importantes de la literatura regiomontana es El crimen de la calle Aramberri, del narrador Hugo Valdés. Recientemente reeditada por Jus, esta obra ha sido un parteaguas dentro de la literatura regiomontana ya que, más allá del morbo por conocer los sucesos de un crimen de la vida real, uno que sacudió a la sociedad regiomontana en 1933, ha sido estudiada por su calidad y su manera de afrontar el género negro.
Hugo Valdés utiliza para reconstruir la escena del crimen, un híbrido entre novela y reportaje, entre no ficción y esta técnica iniciada por Capote y continuada por Miller de "la novela real". A partir de la mirada inquisidora de Inés (esta edición cuenta con una fotografía del detective que resolvió el caso) conocemos los bajos fondos de la ciudad de Monterrey en aquella época pero también, como lectores, asistimos a una antropología del Monterrey perdido.
Aún así, es fácil reconocer sitios como el mercado Juárez, la avenida Madero, el viejo puente de San Luisito y la plaza Zaragoza frente a la catedral. Estos hallazgos hacen que el lector que conoce la ciudad se sienta más identificado con la obra.
La obra narra el asesinato de Antonia y Florinda Lozano a manos de un par de carniceros, Gabriel y Emeterio, secundados por los sobrinos y primos de las asesinadas. Un camino de sangre es la primera y única pista para dar con el paradero de los criminales; eso y un niño que recuerda un grito: "No me mates, Gabriel".
La novela hurga en los vericuetos del asesinato, desmantela hipótesis, persigue los juicios acertados y falsos, las pesquisas que terminan en un punto sin retorno y las que dan con el asesino. Desfila en este libro una sociedad moralina y morbosa, exigente y al mismo tiempo temerosa. Hugo Valdés tensa con maestría las escenas, las pistas, la tensión y las páginas donde se describe el asesinato son, sin duda, de las mejores escritas en la ciudad y por ende, de la literatura mexicana.
Es lamentable que el libro, hasta ahora, haya tenido sólo repercusión local, con las ediciones de Castillo que, aún así, alcanzaron para cuatro reimpresiones. Monterrey no es una cuidad que lee. Sí compra libros, pero muchas de las veces porque está consciente de que los libros se miran bien en las paredes de las casas.
Pero este libro sí ha sido leído y buscado. Esta edición, además, viene con el plus de un mapa de la ciudad, fotos de los asesinos y un croquis judicial de la época donde se describe la forma como encontraron los cuerpos.
Sobre todo, es una obra que seduce, como la propia historia, como la casa de Aramberri que sigue en pie y protegida cuando la gente empezó a invadirla bajo el rumor de que adentro se podía ver el espíritu de las dos mujeres. Leyenda local, sin duda, que no tiene nada que ver con El crimen de la calle Aramberri, una obra sensata, derecha y espectacular.
"¿Es que no se va a callar nunca: es que sólo con una puñalada como ésta, dirigida a su rostro, fuera del alcance de sus manos, desde un lado del mentón hasta el otro lado de la cara, es que sólo así, golpeando en hueso, fuerte, desprendiéndole una escama, va a callarse? ¿Por eso grita? ¿Porque Emeterio se está cogiendo a su hija?"