Míralos, ahí, todos apendejados, quesque marchando, que bola de pendejos. Un día de estos mejor le cortamos la cabeza a una niña para que sepan lo que es bueno.
Dos.
Señor presidente, la marcha ya empezó. No me interrumpas, me quiero dormir.
Tres.
A la hora de la marcha, aparecieron cuatro descabezados en Yucatán.
Cuatro.
¡Ahi vienen Laura Zapata y Niurka!
Cinco
Déjelos que marchen, que sientan que hagan algo, total, el país no va a cambiar.
Seis
Si viera que se siente bien bonito marchar, ver a toda la gente de blanco que llevan sus velas y sus linternas y hasta se ven gente bonita, puro nice, si hasta una siente que México Sí se puede, sí se puede, sí se puede.
Siete
Ah, qué gente, pero con que me compren las playeras de México sin violencia se me hace que saco para la quincena.
Ocho.
Que aburrido marchar, total, nada cambiara.
Nueve.
A mí lo que me preocupa es que en el tan cacareado foro de seguridad, ni Calderón ni Ebrad se dieron la mano. ¿Así es como piensan colaborar? Ý además, el día de la marcha un juez del D.F. liberó a Alfonso Zayas de la cárcel, al decir que el señor siempre no tuvo culpa en la muerte de los chicos del News Divine. Pagó una fianza de más de millón y medio de pesos y me pregunto, ¿cuánto gana un mando de la PFP como para, además de vivir, ahorrar un millón y medio de pesosP
Diez.
Al final de cuentas marché desilusionado. Nada va a cambiar en este país. Al día siguiente fui a comprar jabón a un Sam´s. Al salir un señor con los pantalones rotos y la ropa sucia sostenía una bolsa con pan y restos de comida. Me dieron ganas de decirle: Señor, qué necesita, dígame ahorita qué necesita y se lo doy. Pero imaginé que se asustaría, como asustados estarían en realidad los criminales de este país si supieran que ahora sí les viene la justicia.