Consternación a causado el día de hoy el hecho de que seis policías de Monterrey se hayan equivocado de objetivo mientras perseguían a los ladrones de un Oxxo y terminaran baleando un chevy rojo con vidrios polarizados en los cuales viajaba una familia compuesta además de por los padre, por una chica de 12 años y una pequeñas de seis, cuatro y dos años de edad.
Que los policías hayan baleado sin preguntar, sin indagar incluso quienes iban el chevy es sólo una muestra más del nivel de inexperiencia y de estress colectivo al que nos ha llevado la violencia cotidiana en la ciudad.
Ante objetivos armados y bien definidos como narcos, ya esta misma policía estatal había huído, cuando, hace un par de meses se presentó una balacera en la colonia Independencia, en el mítico cerro de la Campana, y donde los chotos, en lugar de asistir a la población -la balacera fue en la hora pico de la entrada a las escuelas, dos muy cerca de donde fue el tiroteo- aplicó el "es mejor aquí corrió que aquí murió".
Lo terrible del asunto del día de hoy, es tener la amarga certeza de que una familia de clase media; que con seguridad había comprado ese chevy ya usado, imposible de comprar nuevo o en pagos dadas las prácticas depredadores de las cadenas automotrices quienes encadenan a un hombre, literalmente al volante de su coche por cuatro años o más mientras lo pagan, se parece mucho a asaltantes cualquiera.
Hemos pasado como sociedad, a ser sospechosos de una policía regia que tiene miedo de los verdaderos delincuentes y que exime sus ansias masturbatorias de disparar con familias de clase media que su única culpa era polarizar los vidrios de su coche para que no se los robaran al ver alguna cosa de valor en su interior.
Es de dar miedo esto que la Policía Estatal tenga ya tanto miedo que dispara primero y luego investiga.
Para el absurdo. Facci, director de la policía estatal, renunció hoy ante el gobernardor por esta falla lamentable. Natividad no le aceptó la renuncia. Incluso mal entramada estuvo esta obrita de teatro para limpiar conciencias.
Que los policías hayan baleado sin preguntar, sin indagar incluso quienes iban el chevy es sólo una muestra más del nivel de inexperiencia y de estress colectivo al que nos ha llevado la violencia cotidiana en la ciudad.
Ante objetivos armados y bien definidos como narcos, ya esta misma policía estatal había huído, cuando, hace un par de meses se presentó una balacera en la colonia Independencia, en el mítico cerro de la Campana, y donde los chotos, en lugar de asistir a la población -la balacera fue en la hora pico de la entrada a las escuelas, dos muy cerca de donde fue el tiroteo- aplicó el "es mejor aquí corrió que aquí murió".
Lo terrible del asunto del día de hoy, es tener la amarga certeza de que una familia de clase media; que con seguridad había comprado ese chevy ya usado, imposible de comprar nuevo o en pagos dadas las prácticas depredadores de las cadenas automotrices quienes encadenan a un hombre, literalmente al volante de su coche por cuatro años o más mientras lo pagan, se parece mucho a asaltantes cualquiera.
Hemos pasado como sociedad, a ser sospechosos de una policía regia que tiene miedo de los verdaderos delincuentes y que exime sus ansias masturbatorias de disparar con familias de clase media que su única culpa era polarizar los vidrios de su coche para que no se los robaran al ver alguna cosa de valor en su interior.
Es de dar miedo esto que la Policía Estatal tenga ya tanto miedo que dispara primero y luego investiga.
Para el absurdo. Facci, director de la policía estatal, renunció hoy ante el gobernardor por esta falla lamentable. Natividad no le aceptó la renuncia. Incluso mal entramada estuvo esta obrita de teatro para limpiar conciencias.