Leí que dice Velasco que escribir una novela es como nadar en el mar, esa sensación de nunca avanzar. Para mí, escribir una novela es ir hacia la claraboya. Nunca dejes de mirar hacia la claraboya aunque se aleje o parezca acercarse y tomes un respiro; siempre, siempre avanza hacia la claraboya de manera que al llegar sepas que, tristemente, sigues rodeado de la nada, que no has hecho nada y que es necesario regresar.