Una chica de la oficina se mandó a hacer su vestido para la comida de navidad de la empresa. No sé si sentir compasión, ternura o escepticismo ante eso. Sin duda, me gustan las comilonas empresariales y navideñas. En mi último trabajo en el ILCE aquello era un aquelarre con rifas de motos, computadoras, viajes a Huatulco y un auto... sí, un auto. Me gustan porque además, si te sabes mover bien entre las fosas y exclusas de toda empresa, puedes encontrar a gente afin a ti. Y entonces se hace la fiesta.
Pero, creo, no deja de ser sólo una fiesta. Creo que te mandas hacer un vestido o comprar un traje cuando te casas o en algún evento especial. Pero hacerte un vestido para la fiesta de navidad de la empresa...
3 comentarios:
Enternecedor, sí.
es lo que yo digo... lo que no he dicho es que ya manchó su vestido hace rato y bueno... se la ha pasado en el baño limpiando la manchita... enternecedor
es lo que yo digo... lo que no he dicho es que ya manchó su vestido hace rato y bueno... se la ha pasado en el baño limpiando la manchita... enternecedor
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