miércoles, febrero 07, 2007

Pelotas en el auto

(A inicios del 2005, la revista La revista, invitó a varias personas a contar una historia breve a partir de las frases de nuestro querido presidente Fox. Este fue el cuento que salió para esa revista)


“Ni se crean que tenemos un cuartote lleno de dinero para ver qué se ofrece y cómo apoyamos,” decía el presidente en la nota. En la foto Fox se encontraba ante unos indígenas y se le veía concentrado.
―No, qué van a tener un cuartote lleno de varo ―dijo Lucio. Luego fisgoneó en la sección deportiva. Ana Guevara había ganado otra vez. Cuando terminó de leer Nancy entró a la cocina con algunos platos sucios y antes de lavarlos la mujer le lanzó una mirada de indiferencia y miró el reloj en la pared.
―¿A qué horas sales hoy?
No le respondió de inmediato. Lucio nada más se escuchaba el ruido de los trastos unos contra otros mientras los lavaban y el chorro de agua.
―¿Cuánto dinero crees que puede caber en un cuarto? ―le preguntó y recordó aquella vez cuando estuvo a punto de atinar cuántas pelotas de golf estaban en un Chevy. Había dicho 14, 321 y se había equivocado por 236.
―Quién sabe. Mucho dinero.
―¿Cuánto?
Nancy alzó la ceja, cerró la llave y volvió a verlo.
―Depende qué tan grande sea el cuarto, y los billetes.
―Imagina puros de a quinientos.
―No, pues bastante.
―Como aquella vez. Si hubiera dicho 14, 557 pelotas me hubiera ganado el carro.
Nancy lo escuchó sin ánimos y volvió a su quehacer.
―Ha de ser mucho ―continuó Lucio ajeno al fastidio de su mujer―, como cinco millones; o hasta más: diez o doce.
―¿Por qué me estas hablando de eso? ―le dijo Nancy dándole la espalda.
―Por esto ―y Lucio extendió el periódico donde el presidente decía que no contaba con un cuarto lleno de dinero para los indígenas.
―Ah.
―Espera ―dijo Lucio. Salió y cuando regresó llevaba una calculadora.
Hizo sumas, miró la cocina como midiéndola, se puso de pie, dio pasos de norte a sur, de oriente a poniente; calculó primero columnas de billetes, tanteó la altura, filas, después multiplicó y cuando anotó la suma final sonrió satisfecho.
―Ya decía yo. Es un resto.
Nancy terminó de lavar los traste y lo miró con cansancio. Lució le mostró el número en la calculadora y ella le dijo:
―Déjate de huevonadas y busca trabajo.
Cuando ella se fue Lucio retomó el periódico y leyó la nota: “Ni se crean que tenemos un cuartote lleno de dinero para ver qué se ofrece y cómo apoyamos.” Se preguntó si el presidente también se había quedado con la duda de cuánto dinero cabría en un cuarto. Pero luego, pensándolo bien, se dijo que no era posible. Para eso tenía sus achichincles que le contaran, sumaran y demás. Desganado, se quedó viendo la calculadora donde aún estaba la cantidad multiplicada: el dinero del cuarto para ayudar y apoyar; y antes de oprimir el cero Lucio agregó:
―Carajo, por qué no dije 14, 557 pelotas.

1 comentario:

Óscar Ávila dijo...

Es un cuento genial, bueno, me gustó. Sin duda cada una de las frases de nuestro curioso ex-presidente da para dar y regalar. Un abrazo.