viernes, diciembre 30, 2005

Mecánica

Me sorprende que mis brazos terminen en manos. Me sorprende que mis rodillas terminen en pies. Nadie se pone a pensar en las uñas de sus dedos o en la cutícula de los pulgares. Piensan en el corazón, las deudas que tienen, piensan en el auto que no debieron de comprarse o el viaje de estudios al extranjero pero habría qué ver con más calma nuestros dedos, mover un poco más los dedos de los pies, observar la maravilla de las uñas.
Dedos, cutículas, huellas dactilares son sorprendentes y pensar en ellos puede cambiar el rumbo de nuestra historia. O al menos, matar un poco el tiempo.