jueves, julio 14, 2005

Santo, La leyenda de plata



La lucha libre mexicana es un género reconocido a nivel mundial no sólo por la capacidad de sus luchares que se abren paso en centroamérica, Japón y los Estados Unidos. Es cierto. Desde la idea de don Salvador Luttherot y aquel primer luchador mexicano Yaqui Joe, la lucha libre mexicana ha basado su triunfo en la agilidad, capacidad y "magia" de sus luchadores. A diferencia de otras tradiciones del pancracio, en la lucha libre mexicana hay una identificación del atleta con el espectador. Los personajes rudos y técnicos no se encuentran lejanos en el imaginario colectivo sino muy cercanos.

Y para lograr esta cercanía, este contacto con la gente, la mercadotecnia se basa en muchos artículos que han logrado seducir o al menos, incrementar la presencia de los superhéroes mexicanos entre el público. Desde las películas de Chano Urueta con "El Demonio Azul" (1964) protagonizada por el nuevoleones Blue Demon hasta la insulsa "Guerrero de la Noche" (1992) con el Vampiro Canadiense el cine ha sido el eje, la escala principal para difundir la lucha libre pero no por ello se han dejado atrás otros medios.

La revista mexicana ha sido el otro camino. México es un país de lectores de revistas de todo tipo. Los libros siempre quedan para una minoría que exige más espacio de difusión pero en realidad el mexicano lee revistas sensacionales. El listado puede ser kilométrico. Así soy y que, El sensacional de Mercados, el Libro Vaquero, Policias, El libro Semanal, son las historietas que marcan el tipo y sin llegar a educar, definen el prototipo de los ideales y formas mexicanas. Ahí lo que importa es que las mujeres esten no sólo chulas sino cayéndose de buenas, que el gandalla triunfe por ser vivo y pasado de lanza y que al final o en medio o al principio haya un faje donde uno como lector sienta el cogollo en la garganta.

La revistas de lucha libre no están exentas de este prototipo y el Sensacional de Lucha libre ha ido adaptándose a las nuevas formas y nuevos estilos pictográficos y de temas. Santo, la Leyenda de Plata, es una nueva presentación del superluchador mexicano que defiende a los pobres y destruye a los buenos. Editado por el mismo luchador, nos presenta a un Santo con una compañera que tiene a su alcance aparatos tecnológicos y de web para luchar contra sus enemigos. Pero además, Santo la Leyenda de Plata, ha incorporado otros iconos de la cultura popular como las Hijas de la Madre tierra en este número 10 o bien de otros personajes de televisivos.

La historia se apega a ciertos tributos que no cambian con el tiempo como intentar derrotar a un enemigo que quiere acabar con el nombre del Hijo del Enmascarado de Plata y por ende, con el nombre del Santo original. Hay muchachas que se caen de buenas al igual que en las otras aunque ahora el machismo ha sido reducido al máximo. Hay, claro, lucha libre donde el plateado termina lo mismo con Dr. Wagner que con Atlantis, otras estrellas del Consejo Mundial de Lucha libre. Los lances, las llaves, incluso el sudor de la contienda están plasmados en la revista porque lo que importa es que la lucha libre siga deleitándonos. Otros luchadores tienen sus propios números, como el Hijo de Blue Demón o el mismo Dr. Wagner pero sólo el Santo ha logrado transminar los recovecos más apartados de la cultura popular y masificar su nombre. En México sólo hay tres nombre que todo mundo conoce: El chavo del Ocho, Hugo Sánches y El Santo.

Así, Santo, La leyenda de Plata, es un intento más por mantener a la lucha libre en el imaginario del público. A base de lances de tinta, guiones técnicos y llaves de papel lo está intentando. Es cuestión, como siempre, de que nosotros como público nos dejemos seducir por la revista y por el mundo del pancracio.

Se consigue en todos los puestos de revistas o bien en la Casa del Santo en Tamaulipas 219 Col. Hipódromo Condesa Deleg. Cuauhtemoc o bien al 0155 53 35 2061