miércoles, febrero 16, 2005

¿Qué anima la poesía?

No sé la respuesta a esa pregunta. Puedo decir que intuición tal vez, pero no. La poesía se anima con un germen de lo sorprendente. Un buen poema debe revelarte algo pero al tiempo que lo revela, sorprenderte, tocarte, llegarte al corazón. Muchos tipos de poesías existen y formas de ver la poesía. Todas son acertadas. Todas intentan animar. Este poema de Aridjis, resume, creo, mucha de mi visión sobre los poemas cortos, sin voluntades líricas pero con una relevación sorprendente. El poema te "transporta al sitio".

Autorretrato a los trece años

Sobreviviente de mí mismo,
me siento en la silla del peluquero.

En un caballete está el espejo,
más allá el cerro.

Sobre el descansapiés miro las lenguas
de mis zapatos viejos.

Los resortes del sillón pican la espalda.
Chon me hace la raya con el peine,

a tijeretazos avanza sobre mi cabeza
echando mechones sobre el empedrado.

Moscas sin vanidad se asolean en las piedras,
o se pegan a la frente de Chon.

Él las ahuyenta moviendo las orejas.
El pueblo huele a estiércol y a rosas.

El peluquero me muestra su obra maestra:
un corte de pelo perfectamente redondo.

En el espejo de mano
miro en el cerro el sol que se pone.

"Cantaré la luz", me digo,
sintiéndome ya poeta.