sábado, febrero 19, 2005

VI

Soy totalmente imperfecto. La nariz chata cobija demasiado, los ojos pequeños, apenas previsibles. Tengo este aire desapercibido y siniestro de quien lo piensa todo. Me pregunto qué dirá la gente cuando muera. Le faltó esto, no alcanzó lo otro. Su lenguaje fue sin sorpresas. Vivió en la soledad demasiado tiempo que perdió la noción del amor y del andar entre hombres. Sé que algunos dirán junto a mi féretro mi lista de inobjetables fracasos. Qué imperfecto. ¿Y yo qué diré? Solo un un sostenido silencio.