Eres tan hermosa que dan ganas de morderte, de usar una sierra y separarte los huesos, de chuparte los ojos, de pinchar tu piel con cables electricos. Eres tan hermosa que dan ganas de estropearte la cara, de usar un mazo para destronar el talle de tus rodillas, de machacar los dedos de tus pies. Así de hermosa eres como para comerte a trozos grandes, suculentos. Es esa belleza tuya que espanta, que conmina a todos los terrores. Así que ven, dejame morderte, tiemblan mis incisivos, se agrieta mi lengua de deseo.