martes, febrero 19, 2008

Paqueterito

De niño, siempre quise trabajar como paquetero en alguna Soriana o Gigante de por la casa. Me parecía un trabajo muy bueno ese de guardar cosas en bolsas y recibir a cambio algunas monedas. Mi madre no estaba del todo de acuerdo y prefería que vendiera periódico con mi abuelo. Como ella no soportó varios chubascos ni la mordieron un par de perros en la madrugada (hacíamos las "entregas" antes de las seis de la mañana y uno nunca sabe cuántos perros se pueden esconder en la oscuridad), no entendía mi casi necesidad por trabajar dentro de un lugar, como diría Heminway, limpio y bien iluminado.
Pero las Sorianas y la Gigante estaban muy lejos, una hasta Félix. U Gómez y Madero y la única tienda grande cerca de la casa era Merco pero ahí sólo aceptaban niñas y la otra tienda, la del ISSSTE se quemó en una célebre navidad. Pero entonces abrieron Soriana Félix U. Gómez y una tarde, después de clases, en lugar de irme a la casa me abrí paso hasta la Soriana. Mi plan era simple y fabuloso: contratarme en Soriana, llegar a casa con la noticia y abandonar al abuelo.
Me entrevistó un empleado de cajas, me pidió mi nombre, mi boleta de calificaciones y me hizo un par de preguntas. Entonces llegó al pregunta matona: ¿tienes alguna enfermedad? Me quedé callado y como decir la verdad siempre me ha dado mis buenas y malas cosas, le dije: soy asmático, no puedo cargar así muchas cosas que tú digas, pero sí puedo con el trabajo.
Por supuesto, no me dieron cabida.
Volví con mi abuelo, porque con él, si me pasaba algo, mamá tendría la seguridad, y nunca más intenté ser paqueterito. Cuando mi hermana la menor creció, yo la instaba a que cumpliera mi sueño de ser paqueterito, pero ella siempre le sacó. Seguí vendiendo periódico con mi abuelo hasta que cumplí casi 17 años y luego puse mis negocios que fracasaron pero esa es otra historia.
Eso pensaba hoy cuando metía bolsas de basura dentro de bolsas de basura. Al final, siempre terminas guardando algo en algúna bolsa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

JA JA JA VAYA MAMADA.

Anónimo dijo...

Me gusto :)


Atte. Clau

Herr Boigen dijo...

Qué historia tan tierna! No sabía que a los paqueteritos los entrevistaran y les pidieran sus boletas de calificaciones N_N
Por cierto, yo sufro mucho ahora que el Gigante de por la casa se convirtió en una asquerosa Soriana. Yo tenía simbolismos emocionales relacionados con ese súper, en donde hago mis compras por la noche porque es 24 horas. Sigue siendo el mismo espacio, solo cambiaron colores y logos, y aunque todavía no desaparece del todo la iconografía anterior (parece que no es la intención de soriana, porque estos gigantes eran 24 hrs), no es lo mismo :/
En fin, el capitalismo no entiende sentimientos :(