lunes, enero 08, 2007

La Mexicana

Para llegar a este sitio es necesario sortear varios peligros entre ellos el tráfico de la calle de Guerrero y el caos vial en el Mercado Juárez, además de las voces de un gritón de tienda de saldos que vende todo: ¡bara, bara, bara! Sin embargo, al llegar a La Mexicana, ese caos, ese caminar por banquetas demasiado angostas se diluye ante el espectáculo de este restaurante-carnicería que funciona desde 1934.
En La Mexicana no hay grandes platillos de gourmet ni esas carnes deliciosas que son el orgullo de los regiomontanos, sino al contrario, un platillo muy simple: tacos de canasta. Con un precio bastante accesible, la gente se forma frente a las seis canastas con tacos de: morcón, carne deshebrada, chicharrón, picadillo, frijoles y carnitas y pide los tacos que se quiera comer que rápido salen de las canastas y caen en el plato. Tras el lugar donde se despecha, un gran mural muestra un rancho con todos los animales posibles y a lo lejos, recortado en el horizonte y bañado por una luz por siempre matinal y gozosa, se encuentra el Cerro de la Silla.
¿Los tacos? Una delicia. Aún más las mesas de azulejo azul y con flores que sirve de bancas junto a una cazuela con salsa verde de la más picosa y rica con trozos de cebolla y cilantro picado. Y mientras tú comes, al fondo del local está la carnicería y en el lado opuesto de los congeladores hay toda la clase de dulces típicos del noreste como las bolitas de leche quemada, las natillas, las glorias y los turcos: empanadas de harina rellenas de carne seca con piloncillo.
Ir a La Mexicana es entrar a un tiempo perdido, uno donde la ciudad no cambia. Los preferidos son los tacos de carne deshebrada: verdadero manjar para el apetito que no tiene demasiado tiempo para comer. Y para pasar la comida, nada mejor que un barrilito o una joya de naranja, ponche, manzana, uva o durazno que sólo son posibles encontrar en Monterrey. Y platicar con los amigos, que incluso hasta esas mesas llega la charla sobre ciencia, literatura y más, mientras gente con sombrero, oficinistas apurados o madres de familia con sus tres o cuatro hijos, se apuran a comer después de un día de compras en el centro.
La Mexicana
Ubicación: Guerrero entre Arreola y Ruperto Martínez en Monterrey.