miércoles, abril 06, 2005

XIII

Como fruta llegaste
y mis dedos desgarraron
desgarrándote
piel, cáscara cayeron
un baile de néctar
un zumo de saliva
y cuando llegué a tu hueso
¡ay! gritaste y mis dedos
se comprimieron
y aquello fue un fuego
de semillas desbaratándose
desbaratándome.