Próspero Lambertini había nacido en una familia de noble ascendencia italiana. Su nombre tal vez nos recuerde o nos haga pensar en un jugador de futbol, de esos extremos habilidosos que suben y bajan por las bandas buscando hacer daño al enemigo pero en 1730 cuando es designado arzobispo de Bolonia el futrbol está lejos siquiera de ser imagino y lejos un arzobispo de ponerse a darle a las patadas. Bolonia por esos tiempos es una ciudad como el resto de la península itálica: pequeña, maloliente y católica. Así, una de las primera preocupaciones de del arzobispo es elevar el nivel intelectual de los sacerdotes sin embargo esto quedó un tanto incluso ya que en 1740 fue elegido Papa con el nombre de Benedicto XIV. A él le debemos que sea el 12 de diciembre cuando se festeje la aparición de la Virgen de Guadalupe.
Fue un papa intelectual, amoroso y que se paseaba por las calles de Roma con singular alegría. Condenó la usura como nadie pero también se vio doblegado por las corrientes políticas que azotaban Europa. Amigo de Volataire, grande como un oso, pintado por Crespi entre otros, el buen Benedicto XIV fue un Papa que no se olvidó en mucho tiempo. Un papa de la Paz.
Giacomo della Chiesa, fue otro miembro de familia noble. A los 21 años ya era doctor en jurisprudencia. En 1907 fue nombrado para ocupar la silla de San Pedro bajo el nombre de Benedicto XV. Con la I guerra mundial encima, Benedicto intentó llevar a la paz a las naciones beligerantes con nulos resultados. Fue él quien canonizó a Juana de Arco, la doncella de Orleáns quien murió quemada en los campos de batalla como muchos de sus paisanos en Verdún y el Somme. Fue un Papa de paz que intentó ayudar a las víctimas de la guerra y promulgó un nuevo derecho canónico que ayudara a fundamentar los cambios que intentaban sacar del pasado a la Iglesia.
Ahora tenemos un nuevo Papa. Joseph Ratzinger militó en las juventudes hitlerianas. Mientras el Papa anterior huía de ellas, Ratzinger se dedicaba a esperar en un puesto antiaéreo la llegada de las tropas aliadas. ¿Mato a alguien por ahi o por equvocación o apegado a su deber? No lo sé. O no se sabe. Lo que sí se sabe de el nuevo Benedicto XVI es que con la venia de Juan Pablo II acabó con el movimiento de la Teología de la liberación y asumió el encargo del Colegio Cadrenalicio en El Vaticano. Para Benedicto XVI el mundo está fragmentado por demasiadas correintes y él desea, al menos por sus escasas palabras, unificarlo en el amor de Dios. Me parece un sueño utópico desde el momento que el Dios que promulga va unido a un mundo conservador y concreto que dista ya mucho de este mundo liberal y relativo. Pero es muy pronto para dedicar quemas para un hombre que espera ser conocido como un Papa de Paz como sus antecesores Benedictos.