viernes, septiembre 09, 2005

Hay días

que es mejor no leer los periódicos: hay tanta basura. Tenemos un periodismo tan chafa y amarillento que le dedica páginas a la cada vez más purulenta y harta discusión del excelente futbolisto, pésimo líder de opinión que es Hugo Sanchez contra Lavolpe. Tenemos un periodismo tan chafo que dedica páginas a repetir que Jolette dice que tampoco es conductora (desde un buen sabemos que tampoco es cantante). ¿Pues entonces qué eres muchacha? Días de gringos de la Guardia Nacional que sacan a la gente de sus casas en Nueva Orleans a punto de pistola. Días de cadáveres que tapan coladeras en Periférico Sur. Días del gordo Alfaro que con una sonrisita a medias escucha a un tipo que se defiende de críticas del conductor. Días así. Calientes. Doblados como una barra. Días de ayuno y borrachos que vomitan en la puerta de cantinas. Al menos hoy no se ha caído ningún avión y no ha dicho Al Qaeda que el desplome de las torres gemelas fue obra de Alá.
Sólo ayer, mientras caminaba, me metí a una agencia del ministerio público del Distrito Federal. Esas caras, esa mirada desesperada, esa fría indiferencia de los empleados, la mano morena de un policia sobre la culata de la pistola, la húmeda penumbra que salía al fondo de la agencia, ese aire enrarecido, detenido sobre las computadoras viejas, el tecleo veloz, monocorde, el aroma a torta de pierna, el piso manchado de pisadas que se iban siguiendo escalonandose liadas imbrincadas hasta sillas verde pasto donde descasaban mujeres de vientres gordos y hombres de bigotes descuidados y papadas, me habían hecho pensar que había cosas más importantes que criticar un escrito o separar el mundo entre los buenos y los malos, los que sí piensan como yo y los que no piensan como yo. Que había cosas más importantes que ir a una presentación en Bellas Artes o comprar un paraguas o hablar sobre el impacto emocional en la nueva película de Reygadas. ¿Pero qué eran esas cosas más importantes? Y es difícil responder porque a final de cuentas las cosas más importantes también son subjetivas. Y como me dijo el director del diario Record: hay que gente compra el periódico precisamente para esa información.
Pero hoy definitivamente estoy harto de ese periodismo chafa que tenemos en nuestro país, de esa larga cabeza amarilla, de esos rostros en primera portada que sólo dicen mírenme, no sé hacer otra cosa que ser mirada; que dicen, escúchenme, no sé otra cosa que tirar críticas a diestra y siniestra. Mírenme. Mírenme.