Leo hoy en El Porvenir una entrevista donde Sonia Silva , directora del Café Lefod y de la próxima casa del escritor en el Distrito Federal, alude a los escritores paternalistas que buscan el apoyo del gobierno para crear. Leo, después, e esa misma nota la referencia a una entrevista con Óscar David López, reciente Premio Latinoamericano de la Juventud 2005 en al edición de México, donde afirma que lo mejor de la literatura nuevoleonesa está haciéndose entre los jóvenes y gente no tan allegada a las instituciones culturales.
Ambos tienen razón. En ambos hay una dosis de verdad que puede calar a quien se sienta aludido pero al mismo tiempo me preguntaría qué agua quieren acarrear hacia qué molino. Y es en el fondo, una sensación de poner el dedo en la llaga, pero en una llaga muy muy vieja, una llaga que ha sido apuntada, estirada, supurada, curada, criticada y que sin por ello ha desaparecido.
El ejercicio de escribir, dicen, necesita de una autogestión. Uno no debería de escribir, en el fondo, para lograr ni premios, ni becas, (aunque caigan) sino por el mero placer de hacerlo. Esperar o crear proyectos con el apoyo del gobierno no te hace ni mejor ni peor escritor. Esperar y crear proyectos sin el apoyo del gobierno tampoco te hace mejor ni peor escritor. En ambos simplemente se trata de ser, en parte, con simpleza, congruente con lo que deseas hacer. Unos son inmaduros y necesitan de la ayuda de todos. Otros son maduros y se avientan sólos al camino. Es parte del proceso de cada quién.
¿Cómo llego a Roma? le preguntaron a un hombre. Pues hay dos caminos, respondió, cada mes pasan los comerciantes con una guardia de la legión que los protege y ayuda y se van juntos o bien, si tiene prisa, se puede ir usted por las montañas donde hay leones, ríos que nunca se sabe si están desbordados o no, pero va a llegar, con suerte, más pronto a Roma.
Roma, esa imágen utópica es la escritura. En el fondo, todo viaje hacia Roma es íntimo y secreto. Se pelea contra lecturas, contra verbos que deben de salir y personajes que son planos. Cada quien decide la forma como va a pelear. Ni los blancos son buenos ni los negros son malos o viceversa. Sólo hay un acto, una necesidad y una forma de ver la vida y eso, no es criticable. Pienso que no hay nada puro en el mundo porque el hombre no es puro. Vivimos siempre con una sensación oculta, un secreto perverso que se esconde y no por ello se es malo.
¿Cuántos proyectos saldrán a la luz con el dinero del gobierno? ¿Cuántos se harán con el dinero de cada uno y el tesón de cada uno? No importa, creo, porque todos son bienvenidos como la Casa del Escritor en el D.f., como tantos y tantos jóvenes que escriben sin el apoyo del gobierno. La discusión real es que necesitamos más que eso.
Hay también hambre. Hay violencia y todos los días una mujer es abofeteada y humillada, todos los días un hombre también escupido por otros. ¿Hacia dónde debe ir la cultura y la educación?