viernes, diciembre 08, 2006

Fe

Perdóname Señor
por mi fe pequeña
que se derrumba
al paso de las hormigas
arrugada piel de viejo.
He visto tantas
tardes sin esperanza
tantas horas consumidas
con la idea de la muerte
rondandome
acechandome
incluso en la sonrisa
de un niño.

Perdóname Señor
por mi fe
castillo de naipes
equilibrista
¿qué haré con ella?
que ni me cabe en los ojos,
que ni me sabe
en el paladar?

Qué haré con esta
fe amarga
ponzoñosa
tan consciente
en la desventura
que te alaba
y te niega
a todas horas

¿Habrás de negarme
también
por ser hombre
de fe pequeña?