martes, diciembre 19, 2006

Temporada de premios

-Ya salió la convocatoria del Mancebo -me dice un amigo y me lee las cláusulas.
-¿Vas a participar?
-Claro, tengo una obra que es muy buena.
Escucho su ánimo. Así como hay una temporada de becas, también tenemos una temporada de premios y en México apenas está empezando.
Otro día, otro amigo me dice:
-¿Ya viste cuánto van a dar en el Efraín Huerta?
-Sí, ya vi, cien mil pesos.
-Imagínate que harías con ese dinero.
-El Owen da lo mismo, igual que los premios Nacionales del INBA.
Por otros frentes escucho también las esperanzas, me muestran los libros, leo inicios estupendos, piensan en jurados. Pienso también en todos lo que criticarían a estos amigos y porqué no, también a mí cuando veo mi par de libritos de cuento, mi novelita breve y pienso... caray, que azar esto de enviar libros.
Pero eso es lo que quieren, ¿o no? Que nos lleguen libros, que nos lleguen participantes, han de decir los organizadores, que tenga un buen nivel el Alfonso Reyes y podamos decir que este año llegaron 97 trabajos y al Luis Cardoza y Aragón 43 y el San Luis Potosí 89 y el Inés Arredondo unos 78. Imagino a los promotores ávidos de todos esos libros que están escondidos, que no son nada en los cajones hasta que alguien los mueve, los lleve a las editoriales para que se dictaminen o se publiquen y se lleve a los autores de gira de estado en estado. Esos libros que sólo esperan que a su autor se le prenda la idea de sí, porqué no... bueno, hay que enviar el libro al premio, hay que enviar los poemas al Zacatecas a ver qué pasa.
Y somos buenos creadores porque mandamos a los premios, engrosamos el listado de participantes, convertimos en número nuestros libros, en un seudónimo mágico cómico musical e interesante. ¿Para algo se hacen o no?
-¿Y tú a cuál concurso vas a enviar? -me pregunta al final mi amigo.
-Uy, no sé, cada que veo mis libros me deprimo -le contesto.
Pero es temporada de premios, qué le vamos a hacer. Y ya veo esos listados de obras, tanta novela, libro de cuentos y ensayo que este año irá de una ciudad a otra, papeles en el aire, inspiración puesta en las manos de los mensajeros.