miércoles, marzo 30, 2005

Viaje

Voy a ti sediento de otros mares, con sed de otras aguas. Voy a ti radiantemente nuevo, como si toda esta temporada de no verte hubiera acumulado todas mis sonrisas para ti. Voy y siempre estoy yendo hacia ti en pensamiento y en palabra. ¿Qué es la palabra más que el orgasmo de la idea? Y tú estás allá, en mi tierra, tus brazos que son más que raíces, tu boca que es más que granada mordida en mis labios. Quiero ir y llenarte. Quiero ir y pasar dedos de cera por tus raíces y que te quedes aquí, conmigo, sin ninguna palabra que rompa la corte del silencio. Voy voy, siempre voy a ti sediento de otros mares, con sed de tus aguas. Y estás ahí siempre, macerada en silencio. Tus ojos guían el himno secreto de nuestras pieles, lo animan, lo sorprenden. Ven a este abrazo que te tiendo, voy con este abrazo que cobija. Como un aliento animal somos, como un sorprenderse siempre en este momento que llego y tu abres la puerta de tu casa y yo paso, y yo entro.