martes, marzo 08, 2005

X

Yo le dije:
-Desde que llegaste dejé de pensar en la muerte -y Alba me sonrió como si todo ese tiempo fuera por siempre presente.
-Te espero en la casa -agregó y yo la vi alejarse con paso lento.
Pero apenas se fue la Muerte vino a mi. Me sitió, me dio un apretón gélido. Su mano trató de llegar a mi oído y mi serena muerte, mi sin inexistencia me dijo calladamente:
-Cuando ella deje de amarte estarás muerto
Y yo vi la calle y la puerta de la casa donde Alba está esperando. Y ahora tengo un estorboso miedo de tocar a lapuerta, de que toque a ella y Alba salga, de que golpee tres veces con firmeza al cancel de la puerta y sólo vea una desdentada vieja sonriendome sin dientes.